(forma gr. del heb. «Judá»).

El autor de la epístola (Jud. 1) se designa sencillamente como «hermano de Jacobo», una posible alusión a Jacobo, el autor de la epístola de Santiago y autoridad de la iglesia de Jerusalén. En tal caso, Judas sería el hermano del Señor, y no el apóstol. La mención del nombre de Judas entre los hermanos del Señor parece ser una corroboración de estas deducciones (Mt. 13:55; Mr. 6:3). Jud. 17 parece asimismo implicar que el autor no pertenecía al grupo de los apóstoles. Nada sabemos de este Judas, a excepción de que los hermanos del Señor no creyeron en Él en su vida terrena (Jn. 7:5), pero que se convirtieron en discípulos de Él después de su resurrección (Hch. 1:14). Según Hegesipo (alrededor de 110-180 d.C.) citado por Eusebio (Historia Eclesiástica 3:20) dos nietos de Judas, el hermano del Señor, comparecieron ante el emperador Domiciano, porque eran de linaje davídico. Fueron dejados libres como personas inofensivas. Este relato confirma la deducción lógica de 1 Co. 9:5, por la que Judas estaría casado. La cita de Eusebio implica que Judas murió antes del año 80 d. C.

La epístola de Judas dice de su autor que es «siervo (o, "esclavo") de Jesucristo» (Jud. 1). Se dirige muy generalmente «a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo» (Jud. 1). El vocabulario de Judas está fuertemente marcado por la terminología cristiana. Entre los cristianos de lengua griega, ciertos términos habían ya adquirido un sentido preciso y reconocido, sobre todo gracias a las enseñanzas de los escritos de Pablo. Judas da también evidencias de conocer a fondo el lenguaje de la LXX.

Se dan en la epístola tres ejemplos para mostrar cómo la apostasía había sido castigada en el pasado:

(A) Algunos de los que habían sido salvados de Egipto fueron, sin embargo, destruidos.

(B) Los ángeles caídos son mantenidos en cadenas eternas para el juicio.

(C) Sodoma y Gomorra se hallan bajo el efecto del juicio.

Después, los injuriadores son avergonzados con el ejemplo de la conducta del arcángel Miguel, que cuando estaba de derecho luchando contra Satanás por el cuerpo de Moisés, no le maldijo, sino que dijo: «El Señor te reprenda» (Jud. 9).

Se mencionan tres estadios de apartamiento del camino de la verdad, con un ¡Ay! sobre aquellos que se hallan en esta condición:

(A) El camino de Caín: la naturaleza y voluntad del hombre, con su aborrecimiento contra el pueblo de Dios (cfr. 1 Jn. 3:12).

(B) El error de Balaam por recompensa, o corrupción eclesiástica (cfr. Ap. 2:14).

(C) La contradicción de Coré, oposición a la realeza y al sacerdocio de Cristo (cfr. Nm. 16). Los tales están doblemente muertos, por naturaleza y apostasía, y están reservados para las tinieblas eternas.

El motivo de estas exhortaciones fue la eclosión de una herejía con tendencias inmorales y peligrosas por las que los lectores de Judas podían hallarse en peligro. Es posible que se tratara de una falsa doctrina análoga al gnosticismo naciente refutado por las Epístolas Pastorales y por el Apocalipsis (Jud. 3, 4, 10, 15, 16, 18). La epístola de Judas pone en guardia a los creyentes contra los diversos tipos de error básico anteriormente mencionados. Judas exhorta a tos cristianos a perseverar en la fe que les ha sido dada de una vez por todas. Los exhorta a resistir a aquellos que, fingiendo ser creyentes, en realidad han dejado al Señor. Después de la indicación de los destinatarios (Jud. 1, 2), el autor indica el tema de la epístola (Jud. 3, 4), indicando después el castigo que habrán de sufrir los falsos doctores (Jud. 5-16). Judas expone a continuación cuál debe ser el comportamiento de los verdaderos cristianos en tales circunstancias (Jud. 17-23). Concluye con una magnífica doxología a la gloria del Dios Salvador (Jud. 24, 25). Los primeros Padres de la Iglesia no mencionan esta epístola de una manera formal, indudablemente a causa de su brevedad. Hacia el final del siglo II, es plenamente utilizada en las iglesias, tanto griegas como latinas. La epístola se halla en la versión Vetus Latina y en la lista del fragmento de Muratori. Clemente de Alejandría, Tertuliano y más tarde Orígenes la mencionan como de Judas. Es evidente que esta epístola formó parte, desde el principio, del canon del NT.

Generalmente se aduce que Jud. 14 es una cita del libro apócrifo de Enoc. Sin embargo, no hay evidencia de que Judas citara este libro. Hay, sí, una cierta correspondencia en el lenguaje entre la profecía del patriarca Enoc citada por Judas en el versículo 14 y la incorporada en el libro apócrifo de Enoc, pero el contenido es radicalmente diferente. En el libro de Enoc el texto dice: «He aquí, Él viene con miríadas de sus santos, para ejecutar juicio sobre ellos, y destruir a los malvados, y reprender a todos los carnales por todo lo que los pecadores e impíos han hecho y cometido contra Él.» No hay razón para dudar que ambos pasajes se refieran a la misma profecía, pero tampoco hay evidencia alguna de que una fuera copiada de la otra. Nada hay acerca de lo que los pecadores impíos han hablado en el libro de Enoc, ni tampoco se usa la expresión «destruir a los malvados» en Judas. Las fraseologías son diferentes. Pero además el libro de Enoc afirma que Dios viene a ejecutar juicio sobre sus santos. Esta es la doctrina del libro de Enoc, que afirma que el juicio «vendrá sobre todos, incluso sobre todos los justos». Además, está la cuestión de la fecha de redacción del libro de Enoc, que parece ser posterior a la Epístola de Judas.

Bibliografía:

Darby, J. N.: «The prophecy of Enoch», en The Collected Writings of J. N. Darby, vol. 6, APOLOGETIC, PP. 151-155;

Darby, J. N.: «Epistle of Jude», ibid, vol. 28, PP. 330-335 y 

Darby, J. N.: «The Similarity of the Epistle of Jude and one part of the Second Epistle of Peter», vol. 13, PP. 216-231 (Stow-Hill Bible and Tract Depot, Kingston-on-Thames, Inglaterra, reimpresión 1964);

Coder, S. M.: «Judas, los Hechos de los apóstatas» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1981);

Hesselgrave D. J. y Hesselgrave, R. P.: «What in the World has gotten into the Church? (Moody Press, Chicago, 1981).

Kelly, W.: «Lectures on the Epistle of Jude» (Bible Truth Publishers, Oak Park, Illinois, 1970, reimpr.).


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