Esta expresión castellana es la traducción de varias locuciones hebreas que tienen distintos significados: «attud» = «guía del rebaño», y por eso, en sentido metafórico, caudillo del pueblo (Is. 14:9; Jer. 50:8; Zac. 10:3; cfr. en sentido peyorativo Mt. 25:32). Cubre las cabras (Gn. 30:35; 31:10, 12), es animal apto para el sacrificio (Dt. 32:14: grasa; Is. 1:11; Sal. 50:13: sangre). Nm. 7 ss; Sal. 50:9; 65:15 (junto con reses vacunas).

El macho cabrío (hebreo, «tayis») figura como obsequio que Jacob ofrece a Esaú (Gn. 32:15) y los árabes al rey Josafat (2 Cr. 17:11); y, como símbolo del jefe, se enumera también, entre otros animales, en los aforismos numéricos de Pr. 30:29-31 (su andar es altivo y orgulloso). El macho cabrío (hebreo, «safir») es igualmente apto para el sacrificio (2 Cr. 29:21; Esd. 8:35), y en Dn. 8:5, 8, 21 lucha contra el carnero.

El cabrito (hebreo, «gedi») es un obsequio apreciado (Gn. 38:17, 20; Jue. 15:1; 1 S. 10:3), un manjar delicado (Gn. 27:9, 16; Jue. 6:19; 13:15, 19; 1 S. 16:20; Lc. 15:29), fino y tierno (Jue. 14:6; Is. 11:6; Cnt. 1:8). La repetida prohibición de cocer un cabrito en la leche de su madre (Éx. 23:19; 34:26; Dt. 14:21) reprueba un vicio supersticioso de los cananeos, de cuya existencia se ha sabido recientemente por los textos de Ugarit, y que los árabes aún practican.


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