Son varios los términos heb. y gr. usados para la mano:

(heb.: «yãdh», «mano);

«kaph», «la mano hueca», «palma»;

«yãmîn», «la mano derecha»;

«s'mõ'l», «la mano izquierda»;

(gr.: «cheir», «mano»);

«dexia», «la mano derecha»;

«aristera», «la mano izquierda» [sólo en Lc. 23:33; 2 Co. 6:7] o, de manera eufemística [debido a la creencia de que de la izquierda salían malos augurios, cfr. lat. «sinister»; cast. siniestra]:

«eunõmos» [lit.: «teniendo un buen nombre»]).

Siendo la mano la misma ejecutora de gran parte de las intenciones del hombre, es mucho lo que se dice en las Escrituras acerca de ella. Se puede señalar lo siguiente:

La mano incluía la muñeca. Hay pasajes en los que se incluyen los brazaletes como adornos de la mano (Gn. 22:22, 30, 47; Ez. 23:42; también las Escrituras hablan de cadenas en las manos (Jue. 15:14, heb. «yãdh», lit.: «mano», y no «brazo» como se traduce en la versión Reina-Valera). También se usa de los «dedos», como en Gn. 41:42, etc., donde se ponen los anillos.

En la Ley de Talión se demandaba «... mano por mano, ...» (Éx. 21:24; Dt. 19:21).

Son muchas las expresiones figuradas en las que entra la mano:

«Abrir la mano al pobre» significa ser generoso (Dt. 15:11);

«enviar con las manos vacías» significa despedir a alguien sin darle nada (Dt. 15:30);

«alargar la mano» (Gn. 3:22) significa la acción de alcanzar algo;

«alzar la mano» (Is. 10:32) o «sacudir la mano» (Sof. 2:15) significa desafiar.

La tristeza y el dolor se expresaban «poniendo la mano sobre la cabeza» (2 S. 13:19); así aparece en imágenes egipcias en las que hay escenas de duelo.

Las manos «se baten» en expresión tanto de ira como de gozo (Nm. 24:10); también de esta manera se expresa el propio desprecio sobre el vencido (Jb. 27:23; Lm. 2:15; Nah. 3:19).

El acto de «tomar la vida en su mano» es arriesgarla (1 S. 19:5; 28:21).

Para «imposición de manos» véase IMPOSICIÓN DE MANOS.

«Alzar la mano a los cielos» era un gesto que acompañaba al acto de jurar (Dt. 32:40);

«alzar la mano al pueblo» formaba parte del acto de bendecir a la multitud (Lv. 9:22). El Señor también bendijo a los suyos alzando las manos, en la Ascensión (Lc. 24:50). En la oración se alzan las manos (1 Ti. 2:8).

«Poner la mano sobre la boca» es señal de silencio (Jb. 21:5; 40:4; Mi. 7:16).

En Pr. 19:24 se da una vívida imagen de la pereza, en la que el perezoso ni aun levanta su mano del plato para alimentarse (cfr. Pr. 26:15).

La mano es también símbolo de poder: «la mano de Jehová vino sobre Eliseo» (2 R. 3:15).

Es importante también como designando posición. Estar a la mano derecha significa honor (Lc. 20:42; 22:69; He. 1:3, 13; 8:1; 10:12; 12:2; 1 P. 3:22). En el juicio de las naciones, los salvos estarán a la derecha (el lado honroso) del Juez, en tanto que los perdidos estarán a su izquierda (Mt. 25:33 y ss). En estos pasajes, los términos usados no se traducen en castellano como «mano...», sino como «derecha» o «izquierda». Sin embargo, la posición se refiere a las dos manos (gr. «dexia» y euõnumos). (Véase BRAZO.)

Bibliografía:

Vine: «Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento», vol. II, pág. 273, último subartículo de la página.

Guerra: «Diccionario Morfológico del Griego del NT», pág. 208, art. correspondiente euõnumos.


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