Antigua ciudad en el curso medio del Éufrates, en el cual Tell Hariri, a 10 Km. al norte de Abu Kemal.

Desde 1933, André Parrot dirigió unas excavaciones organizadas por el Museo del Louvre, cuyos resultados fueron sorprendentes. Esta ciudad exhibía una brillante civilización en el tercer milenio antes de Cristo, siguiendo la cronología convencional. Entre otras cosas, se han exhumado un templo a Ishtar, un zigurat, y sobre todo un inmenso palacio real (con una superficie de tres hectáreas) que comprende las estancias de los príncipes con salas de baño, etc., las oficinas del gobierno, e incluso una escuela de escribas. Se conservan todavía grandes pinturas murales y se han hallado también 20.000 tabletas de los archivos del palacio real. Muchas de estas tabletas con escritura cuneiforme forman parte de una correspondencia diplomática entre el último rey de Mari, Zimri-lim, con el famoso Hammurabi de Babilonia. Estas cartas de Mari, interpretadas dentro del marco de la cronología convencional, han llevado a fijar la fecha de Hammurabi alrededor de los años 1728-1686 a.C. Sin embargo, Courville da buenas razones para situar Hammurabi, y por ende los últimos años de Mari, entre 1430-1375. Sin embargo, la aceptación de la cronología revisada deja en pie todas las implicaciones lingüísticas básicas en relación con las anteriores hipótesis del desarrollo del arte de la escritura y de los diversos géneros literarios, y que pretendían la implausibilidad de la redacción del Pentateuco por parte de Moisés. Asimismo, ilustran también la singularidad de los escritos bíblicos por el contraste tan acusado que éstos presentan tanto en el aspecto moral como en la esperanza en el Dios único y trascendente. No se pueden hallar correspondencias entre la revelación bíblica y la literatura antigua, excepto a nivel irrelevante.


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