El primer Evangelio, unánimemente atribuido a Mateo desde el mismo inicio del período postapostólico.

(a) Contenido:

(A) Genealogía, nacimiento e infancia del Mesías rey (Mt. 1-2). Jesús es presentado como el hijo de David y el Mesías anunciado en las profecías.

(B) Introducción al ministerio público de Cristo (Mt. 3:1-4:17); testimonio preparatorio de Juan el Bautista; bautismo y tentación de Jesús; fija su residencia en Capernaum, conforme a las profecías.

(C) Ministerio de Cristo en Galilea (Mt. 4:18-9:35); llamamiento de los cuatro principales discípulos (Mt. 4:18-22); resumen del ministerio de enseñanza y de sanidad por Palestina (Mt. 4:19-25); Sermón del Monte, ejemplificando las enseñanzas de Cristo (Mt. 5-7), siguiendo el relato de los milagros que ilustran su predicación (Mt. 8:1-9:34).

(D) La misión de los doce (Mt. 9:35-10:42); compasión de Jesús hacia la gente sin pastor; atribución de poder a los apóstoles; instrucciones del Maestro a los doce.

(E) Cristo afronta la creciente hostilidad (Mt. 11:1-15:20). Pregunta de Juan el Bautista; elogio de Juan por parte de Jesús; condena de la incredulidad popular; controversia con los fariseos acerca del sábado; Jesús, acusado de asociación con Belzebú, se defiende y rehúsa dar señal; intervención de la madre y de los hermanos de Jesús; el Señor pronuncia las parábolas del Reino. Nazaret rechaza a Cristo por segunda vez; Herodes identifica a Jesús con Juan el Bautista; primera multiplicación de los panes; Jesús camina sobre el mar; ruptura definitiva con los fariseos en Galilea, denuncia del formalismo de ellos.

(F) Jesús abandona Capernaum; instrucciones a los discípulos (Mt. 15:21-18:35); curación de la hija de una cananea; segunda multiplicación de los panes; rehúsa dar una señal; pone a sus discípulos en guardia contra la levadura de los fariseos y de los saduceos; confesión de Pedro; la protesta de Pedro contra el primer anuncio de la muerte de Jesús; el Maestro lo reprende; la transfiguración; curación de un joven endemoniado; vuelta a Capernaum; el estatero del impuesto; Jesús denuncia a los autores de los escándalos; exhorta a sus discípulos a la humildad, a negarse a sí mismos, a ser rectos, al amor fraternal, al perdón.

(G) Final del ministerio en Perea y en Judea(Mt. 19-20): el divorcio; bendición de los niños; el joven rico; parábola de los jornaleros de la última hora; subida a Jerusalén; Jesús vuelve a predecir su muerte; petición de Jacobo y de Juan; curación de dos ciegos en Jericó.

(H) La última semana (Mt. 21-28): entrada triunfal en Jerusalén; purificación del Templo; maldición de la higuera; delegación del sanedrín; parábola de los dos hijos, de los viñadores, de las bodas; preguntas de los fariseos, de los saduceos y de un doctor de la Ley; respuestas de Cristo. Ayes contra los escribas y los fariseos. Discurso escatológico pronunciado sobre el monte de los Olivos; parábolas de las diez vírgenes y de los talentos; descripción del juicio de las naciones. Traición de Judas, última Pascua, agonía en Getsemaní, arresto de Jesús, Jesús ante el sanedrín, negación de Pedro, remordimientos de Judas, juicio ante Pilato, crucifixión, sepultura. El último capítulo relata la aparición de Jesús resucitado a las mujeres, el informe de la guardia romana, el encuentro de Jesús y de sus discípulos en un monte de Galilea. La orden de evangelizar el mundo y la promesa de su presencia perpetua constituyen la conclusión.

(b) Redacción:

Este Evangelio es cronológico sólo en sus grandes líneas. La segunda mitad, que comienza en Mt. 13:53, sigue muy de cerca el curso probable de los acontecimientos, porque este orden se corresponde con el método del autor, que es el de clasificar el material por temas. Busca presentar en primer lugar, la enseñanza de Cristo: sobre el reino de los cielos, el carácter de los discípulos, los milagros que ilustran su doctrina y que revelan su autoridad. El evangelista muestra la vana oposición de los fariseos, los adeptos al judaísmo de entonces. Las instrucciones van acompañadas de ejemplos vivientes. El relato de las curaciones efectuadas en diversos lugares (Mt. 8:1-9:34) sigue al Sermón del Monte (Mt. 5:1-7:29). Después de las parábolas de Mt. 13 se relatan diversos actos poderosos (Mt. 14:1-36). El discurso contra el formalismo farisaico (Mt. 15:1-20) precede a la descripción de las intervenciones misericordiosas entre los gentiles (Mt. 15:21-39). Mateo presenta a Jesús como el Rey mesiánico, dando cumplimiento a la Ley y a la profecía, estableciendo el verdadero Reino de Dios sobre la base de su obra redentora. El redactor menciona con mucha frecuencia el cumplimiento de las profecías (Mt. 1:22, 23; 2:5, 6, 15, 17, 18, 23; 3:3; 4:14-16; 8:17; 11:10; 12:17-21; 13:14, 15, 35; 21:4, 5; 26:24, 31, 56; 27:9, 35), y cita el AT un centenar de veces, bien directamente, bien por alusión. Aunque judío y escribiendo para judíos, Mateo hace ver que el Evangelio se dirige también a los gentiles (Mt. 8:10-12; 10:18; 21:43; 22:9; 24:14; 28:19). Muestra a Cristo oponiéndose al judaísmo de su época (p. ej.: Mt. 5:20-48; 6:5-18; 9:10-17; 12:1-13, 34; 15:1-20; 16:1-12; 19:3-9; 21:12-16; 23, etc.).

Las explicaciones de ciertos términos (Mt. 1:23; 27:33), de nombres geográficos (Mt. 2:23; 4:13), de creencias y costumbres judías (Mt. 22:23; 27:15; cfr. 28:15), demuestran que Mateo escribía también para todos los creyentes.

(c) Autor:

La Iglesia primitiva afirma unánimemente que el apóstol Mateo es el autor del primer Evangelio. Argumentos que confirman esta tradición:

(A) El texto revela que el autor es un cristiano de origen judío, pero liberado del judaísmo.

(B) No se habría atribuido un escrito tan importante a un apóstol más bien poco prominente sin razones de mucho peso.

(C) Leví, un publicano, estaría bien preparado para escribir.

(D) El autor no insiste en el banquete que Mateo (Leví) ofreció en honor de Jesús (Mt. 9:10; cfr. Lc. 5:29).

Una tradición muy antigua afirma que Mateo redactó su Evangelio primero en hebreo (arameo). Papías, obispo de Hierápolis en Frigia, escribía hacia el año 140 d.C.: «Mateo redactó las logia en lengua hebrea, y cada uno las traducía como mejor podía» (Eusebio, Hist. Eclesiástica 3:39, 16). El significado probable de las palabras de Papías es que al principio cada lector interpretaba con toda la fidelidad que podía, por sí mismo, este texto arameo. Las palabras de Papías permiten pensar que él mismo tenía este Evangelio sólo en lengua griega y que aparentemente no había visto nunca un texto en otra lengua. Ésta es la razón de que haya exegetas que no admiten la tradición de un original de Mateo en arameo, del que en todo caso no se ha conservado ningún resto (todas las citas de los Padres están en gr.). Otros suponen que el texto gr. de Mateo es una traducción, o bien que Mateo escribió dos Evangelios, uno en arameo y el otro en griego. Finalmente, la postura de algunos eruditos modernos es que Mateo sólo habría reunido los discursos («logia») de Jesús. Estos discursos habrían quedado integrados en la versión gr. de su Evangelio junto con los materiales históricos tomados de Marcos. Sin embargo, hay varías objeciones a esta teoría:

(A) Los antiguos afirman rotundamente que el texto griego de este Evangelio es de Mateo.

(B) El NT (Hch. 7:38; 1 P. 4:11), así como Filón y los primeros Padres de la Iglesia, emplean el término «logia» aplicándolo invariablemente al conjunto de los escritos inspirados o a una parte de ellos (Ro. 3:2; He. 5:12).

(C) La afirmación de que Mateo tomó materiales de Marcos constituye una hipótesis de la que no hay prueba alguna (véanse MARCOS (Evangelio) y EVANGELIO).

(D) Es totalmente inverosímil que un Evangelio original no haya contenido nada más que los discursos, sin material histórico alguno; que se hayan relatado las palabras de Jesús, pero omitiendo sus hechos y sobre todo el relato de la Pasión.

Conclusión:

Sea cual sea la postura que se adopte acerca de la tradición que afirma que Mateo escribió al principio en hebreo (arameo), se le tiene que atribuir a él mismo la versión gr. de su Evangelio. Debido a que fue acompañante de Jesús y testigo ocular de casi todo lo que relata, su registro tiene un gran valor histórico.

(d) Fecha de redacción:

La fecha de redacción se sitúa probablemente entre los años 60 y 70 d.C. Hay quien ha querido ver en la fórmula bautismal (Mt. 28:19) la indicación de una fecha tardía, pero aparece una fórmula semejante en la bendición de 2 Co. 13:13. En cuanto al término Iglesia en el sentido de cuerpo organizado (Mt. 18:17), ya es empleado desde el principio por Esteban, Pablo, Santiago (Hch. 7:38; 20:28; Stg. 5:14). Jerusalén estaba, aparentemente, todavía en pie (Mt. 5:35; 24:16). La tradición más antigua, la de Ireneo (hacia el año 175 d.C.), sitúa la fecha de redacción en la época en que Pedro y Pablo predicaron en Roma (Haer. 3:1, 1). Se desconoce el lugar de redacción. Los escritores del período postapostólico, muy alejados entre sí, conocían bien este Evangelio; es evidente que ya fue bien difundido desde su aparición. (Véase EVANGELIO).

Bibliografía:

Broadus, J. A.: «El Evangelio en Mateo» (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, Texas, 1959);

Kelly, W.: «Lectures on the Gospel of Matthew» (Bible Truth Publishers, Oak Park, Illinois, 1971; reimpr. edición 1868) y

Kelly, W.: «Introductory to the Gospels» (Bible Truth Publishers Oak: Park Illinois 1970 reimpr edición 1866)

Kent, H. A.: «Mateo», en Comentario Moody del Nuevo Testamento (Ed. Moody, Chicago, 1965),

Nixon, R. E.: «Mateo», en Nuevo Comentario Bíblico (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, 1977)

Pentecost, J. D.: «El Sermón del Monte» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona 1981)

Prod'hom, S.: «Pláticas sencillas sobre Mateo» (Ed. «Las Buenas Nuevas», Montebello, California, s/f)

Ryle, J. C.: «Mateo de la serie «los Evangelios explicados» (Clíe, Terrassa, 1977)

Tenney, M. C.: «Nuestro Nuevo Testamento» (Ed. Moody, Chicago, 1973)

Trenchard, E.: «Introducción a los Cuatro Evangelios» (Literatura Bíblica, Madrid 1974)

De mucho interés por su estudio de la vida de Jesús sobre el trasfondo de su contexto social y religioso, véase la monumental obra de Alfred Edersheim: «The Life and Times of Jesus the Messiah» (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, Michigan, 1971 reimpr. edición de 1883).


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