Constelación conocida desde muy antiguo, citada por Job como prueba del infinito poder creador de Dios (Jb. 9:9; 38:31; Am. 5:8). Su nombre en hebreo es «K'sel», «insensato»; en cambio, los Targumes y la versión Siríaca dan «gigante»; la LXX y la Vulgata rinden «Orión».

La mitología clásica representa a Orión como un atleta que sabía trabajar el metal y como un gran cazador. La diosa Diana (Artemisa) le dio muerte y lo ató al firmamento.

Esta constelación, de una belleza que rivaliza con la Osa Mayor, se puede ver desde todas las latitudes. Dos de sus estrellas son de primera magnitud: Betelgeuse en el hombro derecho, y Rigel en su pie izquierdo. Con el ojo desnudo se pueden llegar a divisar alrededor de 200 estrellas de Orión; con telescopio se han contado más de 2.000.


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