(Jb. 8:11; Is. 18:2; etc. Traducido habitualmente como junco en las versiones castellanas, véase JUNCO).

El papiro propiamente dicho es el «Papyrus antignorum», de la familia de las cyperáceas (así, no se trata ni de una gramínea ni de una juncácea). Sus tallos triangulares, de una altura de hasta 2,5 y 3 m., están coronados por un copete de flores.

Se encuentra el papiro en la llanura de Sarón, cerca del mar de Galilea, y se hallaba en las aguas del lago de Huleh (aguas de Merom, actualmente desecado). También medraba a las orillas del Nilo, de donde prácticamente ha desaparecido.

El papiro se prestaba a numerosos usos. Los egipcios hacían con ellos artículos como zapatos, cestos, botes y otros objetos (cfr. Éx. 2:3; Is. 18:2). El papel sobre el que escribían estaba hecho de fibras sacadas del interior del tallo. El apóstol Juan redactó su segunda epístola sobre este tipo de papel, que los griegos llamaban «chartês» (2 Jn. 12).

Los estudiosos de la Biblia deberían conocer la historia y utilización del papiro, que fue el material base para los mss. egipcios ya desde el mismo albor de la humanidad después del Diluvio, y muy posiblemente antes de ello. En 1778 llegó a Europa el primer papiro. Se trataba del famoso «Papyrus Borgianus», cuyo desciframiento marca el inicio de la papirología. El proceso del papiro era como sigue: El corazón del tallo se partía en bandas finas, que eran dispuestas horizontalmente para constituir el anverso de una hoja, en tanto que el reverso se hacía con fibras dispuestas verticalmente, en perpendicular a las del anverso. A continuación se prensaban y encolaban anverso y reverso, para formar las hojas que se unían entre sí para conseguir un rollo. Había rollos que llegaban a medir 38 cm. de altura, aunque los de los escribas no solían tener más de 25 cm. En cuanto a la longitud, hay rollos litúrgicos egipcios que llegaban a los 15 m. y aún más. Se conserva uno que pasa de 40 m. Desde el inicio del siglo II d.C., los cristianos dispusieron las hojas de papiro en cuadernos, a imitación de los «codex» (en la antigüedad, los «codex» eran tablillas de madera que se ataban). Para conseguir esta especie de libros, las hojas de papiro eran dobladas por el medio.

Lo seco del clima y de las arenas de Egipto ha permitido la preservación de numerosos papiros. El papiro Nash, conservado actualmente en la Universidad de Cambridge, es un pequeño fragmento hebreo del AT que data de alrededor del año 100 a.C. La biblioteca de John Rylands posee pequeños fragmentos gr. del libro de Deuteronomio, procedentes del siglo II a.C. En Oxyrhynchus (a 180 Km. al sur de El Cairo) se descubrieron unos célebres «logia» (palabras de Cristo) escritos sobre papiro. Otro papiro de la biblioteca de John Rylands es uno de los más antiguos fragmentos de ms. del NT, conteniendo Jn. 18:31-33, 37, 38. Ha sido fechado en la primera mitad del siglo II d.C. El hallazgo más espectacular fue el de unos fragmentos del Evangelio de Marcos en la Cueva 7 de Qumrán, estudiados por J. O'Callaghan, S.I., y fechados entre los años 50 y 100 d.C. (Véanse QUMRÁN [MANUSCRITOS DE], EVANGELIOS, MARCOS [EVANGELIO DE], JUAN [EVANGELIO DE].) El ms. gr. de Freer, conservado en Washington, contiene ciertas secciones de los profetas menores. Los papiros descubiertos por M. A. Chester-Beatty presentan porciones gr. del AT y del NT. (Véase CHESTER-BEATTY). Los papiros bíblicos de John H. Scheide (Ez. 19:12-39:29 en gr., y que presentan algunas lagunas), datan del final del siglo II o III d.C. Depositados en la Universidad de Princeton, han sido editados y publicados por A. C. Johnson, H. S. Gehman y E. H. Kase. Los papiros de Elefantina forman una variedad de documentos redactados en arameo. La mayor parte proviene de una colonia judía de guarnición en Elefantina y en Siene, donde permaneció desde el siglo VI hasta alrededor del año 400 a.C., para proteger la frontera meridional de Egipto.

Otros papiros de importancia son los de la Colección Bodmer, de la Biblioteca Bodmer en Ginebra. Destaca un códice del Evangelio de Juan, cuyos primeros catorce capítulos están completos, y el resto en condición fragmentaria, y ha sido fechado alrededor del año 200 d.C. Otros papiros de esta misma colección incluyen textos de Juan y de Lucas, de las Epístolas de Pedro, de Judas, todos ellos también de alrededor del año 200 d.C, Hay otros papiros de fecha más tardía, con textos de Hechos y de las Epístolas universales. (Véanse MANUSCRITOS BÍBLICOS, QUMRÁN.)

Bibliografía:

A. Calderini: «Tratado de Papirología», trad. de J. O'Callaghan, Ed. Garriga, 1963;

A. Calderini: «Los papiros griegos de la cueva 7 de Qumram», BAC, 1974;

K. Aland: «Kurzgefasste Liste der grieschschen Handschriften des griesvohrn Neuen Testamentes», Friburgo, 1963;

B. M. Metzger: «The Test of the New Testament, its Transmission, Corruption and Restoration», Londres, 1974;

Biblia Hebraica, ed. Kittel-Kahle, Stuttgart;

The Greek New Testament, ed. Kurt Aland, Sociedades Bíblicas;

Nuevo Testamento Trilingüe, ed. BoverO'Callaghan, BAC, 1978;

Thesaurus Typographiae Hebraicae (facsímiles), Berlín, 1924;

Heinrich Zimmermann: «Los métodos histórico-críticos en el Nuevo Testamento», BAC, 1969;

Septuaginta. Vetus Testamentum graece iuxta LXX Interpretes, ed. Rahlfs, Sociedades Bíblicas.

La última edición de la Biblia Hebraica Stuttgartensia es especialmente útil para el estudio del texto hebreo y sus variantes.


Elija otra letra: