Son dieciséis los términos heb. que se pueden traducir de esta manera. Los principales son:

(a) «nasi», «uno exaltado», que también se traduce como «gobernante, capitán, jefe». Se aplica a los «príncipes de la congregación» (Jos. 9:15-21): éstos serían los cabezas de familia en las varias tribus;

(b) «sar», «llevar regla», aplicado así a los cabezas de las tribus, «jefes de familias», que tiene asimismo varias traducciones; se aplica como príncipes a los sátrapas del imperio persa (Est. 1:3-21). En Daniel estos mismos dignatarios reciben el nombre de «achashdarpenayya», «sátrapas» (Dn. 3:2, 3, 27; 6:1-7). El término «sar» se emplea también para el Príncipe de paz en Is. 9:6, y para el arcángel Miguel y el príncipe de Persia que se le opuso, así como para el príncipe de Grecia (Dn. 10:13-21).

En el NT el término «príncipe» es traducción de:

(a) «archêgos», «autor», «Príncipe», referido al Señor Jesús (Hch. 5:31);

(b) «archipoimên», «Príncipe de los pastores», también referido al Señor Jesús (1 P. 5:4);

(c) «archõn», «príncipe» de los demonios (Mt. 12:24), «príncipe» de este mundo (Jn. 12:31; 14:30; 16:11), referido a Satanás, también traducido como «gobernante», «magistrado» y, referido al Señor Jesucristo, en Ap. 1:5: el «soberano» de los reyes de la tierra.


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