(a) Mujer llamada por Dios al ministerio profético.

María, la hermana de Aarón y de Moisés, era profetisa (Éx. 15:20, 21; Nm. 12:2; Mi. 6:4);

Débora fue otra profetisa (Jue. 4:4). Los israelitas recurrían a las instrucciones de Débora; el Señor se sirvió de ella para anunciar Su voluntad al pueblo (Jue. 4:5, 6, 14).

Hulda ejerció también el ministerio profético. El rey Josías ordenó al sumo sacerdote que consultara con ella acerca del libro de la Ley hallado en el Templo; ella le reveló entonces los propósitos de Dios (2 R. 22:11-20).

El evangelista Felipe tenía cuatro hijas vírgenes que profetizaban (Hch. 21:9).

(b) Esposa de un profeta: ésta es la interpretación más plausible de Is. 8:3.


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