En Siria y Palestina son frecuentes las tormentas durante la estación de las lluvias en primavera y otoño (véase LLUVIA). Los relámpagos y rayos van frecuentemente acompañados de una fuerte lluvia o en ocasiones de granizo.

En sentido figurado, los relámpagos son símbolo de la majestad terrible de Dios (Ap. 4:5; 11:19; cfr. Éx. 19:16); representan asimismo los juicios que se abatirán sobre Sus enemigos (Sal. 18:14; 144:6; Zac. 9:14). La venida rápida e inesperada de Cristo en Su gloria se compara con el relámpago (Mt. 24:27). El poder de Dios se manifiesta por la manera en que ha dado camino al relámpago y al trueno (Jb. 28:26), que lanza según Su voluntad (Jb. 38:35).


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