Soberano investido de la autoridad suprema, generalmente de por vida y por derecho de sucesión. El fervor religioso caracterizaba a los reyes de Babilonia y de Asiria. La institución del rey-pontífice se remonta a la época de Sumer. La obediencia a los dioses, la práctica de la virtud, la defensa de la justicia, el castigo de los culpables, eran deberes que incumbían a los reyes. En Sumer el rey era divinizado. La Biblia cita a:

Nimrod como rey de varias ciudades de Babilonia (Gn. 10:9-10).

Quedorlaomer, rey de Elam, era jefe de una liga de reyes (Gn. 14:1, 5).

Nabucodonosor, de Babilonia, y 

Artajerjes, de Persia, se daban a sí mismos el titulo de «rey de reyes» (Esd. 7:12; Dn. 2:37; cfr. 2 R. 24:17).

En la época de Abraham, los monarcas cananeos eran frecuentemente reyes sólo sobre una ciudad (Gn. 14:2, 18; 20:2); al principio de la era sumeria había asimismo estados-ciudades. Algunos siglos más tarde, Josué enumera a más de treinta y un monarcas cananeos vencidos (Jos. 12:7-24). La incredulidad y el deseo de imitar a sus vecinos empujó a los israelitas a pedir un rey. (Véase TEOCRACIA.) Moisés lo había previsto (Dt. 17:14-20). La institución de la monarquía no implicaba por sí misma la abolición de la teocracia. La monarquía, en apariencia absoluta, tenía que estar sometida a Jehová, que tan sólo le había delegado Su poder. Por haber querido sustraerse a la autoridad del Señor, Saúl fue reemplazado por otro, y sus descendientes perdieron el derecho al trono. Los reyes sucesores de David sufrieron la misma suerte: cuando abandonaron al Señor, perdieron la corona (1 R. 11:31-36). Para la lista de los reyes de Judá e Israel, véase el cuadro adjunto.

La designación del soberano era hecha por un profeta o por un personaje investido de autoridad (1 S. 9:16; 16:1, 13; 2 R. 23:33, 34; 24:17); por el pueblo (1 S. 18:8; 2 S. 5:1-3; 1 R. 12:20; 2 R. 23:30). Ciertas personas usurpaban la realeza (1 R. 15:27, 28; 2 R. 11:1-3 ss., etc.); la mayor parte obtenían la corona por derecho de sucesión (2 R. 11:36). La entronización implicaba, para los israelitas, la coronación, la unción con aceite, la proclamación (2 R. 11:12; cfr. 1 S. 10:24; 2 S. 2:4; 5:3; 1 R. 1:34; 2 R. 23:30), sacrificio y, en ocasiones, un solemne cortejo (1 S. 16:2, 5; 1 R. 1:25, 43-46). El rey cumplía también con frecuencia con el cometido de general en jefe (Gn. 14:5; Nm. 21:23; 1 S. 8:20; 14:20), concluía tratados (Gn. 21:22-32; 1 R. 15:19), promulgaba las leyes y las hacía cumplir (Est. 3:12, 13; 8:7-12; Dn. 3:1-6, 29; 6:6-9), impartía justicia (2 S. 15:2; Is. 33:22), tenía derecho de vida y muerte (2 S. 14:1-11; 1 R. 1:51, 52; 2:24-34; Est. 4:11; 7:9, 10). El temor de Dios y del hombre podían regular esta autoridad, que en ocasiones tenía que tener en cuenta la voluntad popular (1 S. 14:45; 15:24), por cuanto era peligroso oprimir al pueblo (1 R. 12:4). Los sacerdotes y los profetas, independientes de la esfera religiosa, no dudaban en reprender a los reyes (1 S. 13:10-44; 15:10-31; 2 S. 12:1-15; 1 R. 18:17, 18; 21:17-22; 2 Cr. 26:16-21). El ejercicio del poder supremo exigía unas cualidades física, mentales y morales de orden superior. La presencia de Saúl atrajo al pueblo (1 S. 10:23, 24 cfr. 16:7). Era necesario que el rey estuviera dotado de discernimiento y de un juicio certero. Salomón cumplió estas condiciones en tal alto grado que obtuvo desde el principio el favor de sus súbditos (1 R. 3:28). Igual de necesarias que la perspicacia eran la fuerza de carácter y la imparcialidad. El rey contaba, para su protección y asistencia, con una guardia, cuyo capitán ejecutaba sus órdenes (2 S. 15:18; 20:23; cfr. 1 R. 1:43, 44; 2:25, 29). (Véase GUARDIA) Ciertos soberanos se rodeaban de un lujo inaudito (1 R. 10).

Las Escrituras presentan a Dios como Rey que usa de Su infinito poder para el bien de Sus súbditos (Sal. 5:3; 10:16). Recibe el nombre de «Rey de reyes» (1 Ti. 6:15). Cristo, que se declara cabeza de un reino «no de este mundo» (Jn. 18:33-37), lleva asimismo el título de «Rey de reyes» (Ap. 19:16). (Véanse MUNDO, REINO DE DIOS.)


Elija otra letra: