Entre los griegos, este edificio tenía sus gradas en semicírculo, generalmente adosadas a una ladera de una colina. Debajo del hemiciclo se hallaba la orquesta, y este espacio era cubierto por un tablero sobre el que evolucionaba el coro. El escenario se hallaba sobre una plataforma ante las gradas. Los juegos, las representaciones dramáticas o cómicas, las arengas al pueblo, tenían lugar al aire libre, en el recinto del teatro. El de Éfeso tenía un aforo de 24.500 plazas (Hch. 19:29-40; cfr. Hch. 12:21) (véase ÉFESO). En cuanto a los romanos, además de los teatros cubiertos, tenían inmensos circos para las carreras de caballos y de carros, y también anfiteatros donde el pueblo presenciaba combates entre gladiadores.

Durante las persecuciones, los cristianos sufrieron frecuentemente el martirio público en teatros. En Roma, el Coliseo podía contener 80.000 espectadores (cfr. 1 Co. 9:24-27; 2 Ti. 4:7).


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