Excepto en Éx. 30:25 (donde los términos heb. son «mishchah» y «roqach», y pueden traducirse «un aceite de unción santa, un perfume») y en 1 Cr. 9:30; Jb. 41:31 (donde las palabras son derivados de «roqach»), el término heb. es «shemen», que se traduce constantemente como «aceite». Se usa como «aceite» o «aceite perfumado» y, por ende, «ungüento», con el que en ocasiones festivas se ungían la cabeza (Sal. 133:2). En otros pasajes recibe el nombre de «óleo de alegría» (Sal. 45:7; cfr. Pr. 27:9, 16; Ec. 7:1; 9:8; Am. 6:6).

En el NT, el término gr. es «muron», «aceite mezclado con especias fragantes». Con este aceite María ungió al Señor, y su perfume llenó la casa (Jn. 12:3, 5); también fue usado por la mujer «pecadora» (Lc. 7:37, 38). El coste del ungüento dependería de los ingredientes.


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