El pecado de la connivencia
Ser connivente con un pecado es tan grave como cometerlo. La falta de valor para corregir a otros trae destrucción.

Ser connivente con un pecado es tan grave como cometerlo. La falta de valor para corregir a otros trae destrucción.
La mejor forma de mostrale a algo o a álguien que realmente nos importa, es dedicándole nuestro tiempo.
Descubrir el tiempo correcto para las cosas y saber tomar las actitudes correctas en dependencia del Señor, es lo que nos garantiza el triunfo.
Si realmente queremos ser felices necesitamos aprender a disfrutar los momentos de alegría, pero no aferrarnos a ellos.