¿Por qué ha de pensarse entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos?

Muy temprano en su vida, al comienzo del período de su juventud, Pablo había venido a Jerusalén. Y su manera de vivir, los hábitos de su vida, cómo se comportaba en todos los sentidos: todo esto, ya que había ocurrido desde el mismo comienzo de su educación formal, desde su primera juventud, en medio de su nación y en Jerusalén misma, todos los judíos conocían y estaban familiarizados, porque lo conocían antes y desde el principio.

Si quisieran testificar, podrían decir la verdad, que de acuerdo con la secta más severa, el cuerpo de hombres más estricto entre ellos (Pablo aquí se incluye a sí mismo y a Agripa con los judíos), vivió los principios. siguió el culto religioso, como fariseo. El punto que el apóstol hace aquí es que era muy poco probable que violara el sentimiento judío, porque sus costumbres estaban innatas y arraigadas en él.

y de acuerdo con la interpretación más estricta en eso. Y ahora, con toda su vida ante el pueblo como un libro abierto y con su profunda formación judía como argumento de su ortodoxia. quedó condenado a causa de su esperanza en la promesa hecha por Dios a los padres. Por eso fue juzgado en la corte romana, por eso fue condenado por los judíos. Y sin embargo, las doce tribus de Israel juntas esperaban ganar, alcanzar, esta misma promesa mediante un servicio con toda intensidad, tanto de noche como de día; con respecto a qué esperanza estaba siendo acusado por los judíos.

como declara enfáticamente al rey. Esa fue para Pablo la característica más extraña de todo el asunto, que los judíos pudieran estar tan ciegos como para negar su propia enseñanza y creencia en el intento de hacerle daño. Le hace exclamar: ¿Por qué os parece increíble que Dios resucite a los muertos? ¿Por qué habrían de oponerse con toda la fuerza de la incredulidad si Dios resucita a los muertos? Esta pregunta perpleja bien podría repetirse en nuestros días con respecto a esta gran verdad de la religión revelada, el hecho sobre el cual se basa la religión cristiana. La oposición de los incrédulos tiene como resultado que pierdan la seguridad más gloriosa que pueda llegar al hombre, y no podemos ver la razón de tal obstinación.

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