Y siempre, de noche y de día, estaba en los montes y en los sepulcros, llorando y cortándose con piedras.

Mateo, al relatar esta historia, habla de dos endemoniados, mientras que Marcos menciona solo a uno, el que habla de los dos, y probablemente también el más feroz de ellos. Apenas había bajado Jesús de la barca cuando este hombre salió corriendo a su encuentro desde su casa entre los sepulcros del vecindario. Era un hombre en, es decir, completamente poseído por un espíritu inmundo. El poder del diablo y sus ángeles es tal que siempre vuelve espiritualmente inmundo a la persona que él pone en su dominio.

Aquí toda la persona, cuerpo, mente y alma, estaba poseída por el diablo. Este demoníaco tenía su morada en las tumbas, probablemente en algunos de los lugares de enterramiento que habían sido excavados o excavados en la ladera de las colinas. Su fiereza era tal que hacía absolutamente imposible su confinamiento por medio de grillos y cadenas. El amontonamiento de los negativos acentúa muy fuertemente esta peculiaridad.

Todos los intentos de mantenerlo atado por medio de guardapiés y con cadenas habían sido inútiles. Rompió las cadenas y destrozó los guardapiés, ya fueran de metal o de cuerda, y ningún hombre pudo de ninguna manera mantenerlo sujeto. Todos los métodos empleados en el caso de los animales salvajes no sirvieron de nada en su caso. La fuerza del diablo y sus ángeles en él era demasiado grande para la habilidad y el ingenio humanos.

Los atormentadores que vivían en él no le daban descanso, pero siempre, día y noche, lo conducían a través de las tumbas ya través de las colinas, haciendo peligroso viajar por esa vecindad. Las gentes que lo vieron vieron que se ocupaba generalmente en golpearse y mutilarse con piedras afiladas, lanzando al mismo tiempo gritos feroces, que bien podían hacer temblar el corazón más valiente. Es una cosa terrible si el diablo gana ascendencia sobre una persona, ni un ápice menos si este poder se extiende sobre su mente y alma solamente que si incluye también el cuerpo.

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