sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel.

A éstos, doce en total, conocidos desde entonces por esa designación, Jesús los despidió con un mandato definido en cuanto al lugar y la esfera de su trabajo. Deben mantenerse alejados del país de los paganos y de las ciudades de los samaritanos. Con gran solemnidad, en cadencia rítmica, se resalta el énfasis. La primera oferta de salvación, por intención de Dios, debía hacerse al pueblo judío. Como habían sido Su nación escogida en el Antiguo Testamento, ahora limitaba Su propia obra, a través de Sus discípulos, principalmente a Israel, aunque no estaba en contra de que los gentiles tuvieran migajas ocasionales, Matteo 15:1 ; Giovanni 4:1 .

La consideración principal de los discípulos debía ser por las ovejas perdidas de la casa de Israel, aquellas que se estaban descarriando sin su conocimiento e intención, habiendo sido acosadas, desolladas y deliberadamente extraviadas por mercenarios. Fueron desatendidos y en gran peligro de perdición final, pero probablemente para ser ganados para la salvación mediante una obra evangélica cuidadosa y completa, siendo la predicación, no la curación, lo más importante.

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