Ester 9:1-32

1 El día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, cuando habían de ser ejecutados la palabra del rey y su decreto, el mismo día en que los enemigos de los judíos esperaban ejercer poder sobre ellos, ocurrió todo lo contrario. Porque fueron los judíos los que ejercieron poder sobre los que los aborrecían.

2 Los judíos se congregaron en sus ciudades en todas las provincias del rey Asuero, para echar mano sobre los que habían procurado su mal. Nadie los pudo resistir porque el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos.

3 Todos los magistrados de las provincias, los sátrapas, los gobernadores y los encargados de las obras del rey enaltecían a los judíos, porque el miedo a Mardoqueo había caído sobre ellos.

4 Pues Mardoqueo era grande en el palacio real; su fama se difundía por todas las provincias y se iba engrandeciendo más y más.

5 Los judíos dieron a sus enemigos un golpe de espada con matanza y destrucción, e hicieron con sus enemigos lo que quisieron.

6 En Susa, la capital, los judíos mataron y destruyeron a quinientos hombres.

7 Entonces mataron a Parsandata, Dalfón, Aspata,

8 Porata, Adalías, Aridata,

9 Parmasta, Arisai, Aridai y Vaizata,

10 los diez hijos de Amán hijo de Hamedata, el enemigo de los judíos. Pero no echaron mano de sus despojos.

11 El mismo día llegó al rey el número de muertos en Susa, la capital.

12 Y el rey dijo a la reina Ester: — Si en Susa, la capital, los judíos han matado y destruido a quinientos hombres y a los diez hijos de Amán, ¿qué habrán hecho en las otras provincias del rey? ¿Cuál es, pues, tu petición? Te será concedida. ¿Qué más solicitas? Y será hecho.

13 Y Ester respondió: — Si al rey le parece bien, concédase también mañana a los judíos en Susa, para que hagan conforme a lo decretado para hoy, y que cuelguen en la horca a los diez hijos de Amán.

14 El rey mandó que se hiciera así. El decreto se promulgó en Susa, y colgaron a los diez hijos de Amán.

15 Entonces los judíos que estaban en Susa se congregaron también el día catorce del mes de Adar, y mataron en Susa a trescientos hombres. Pero no echaron mano de sus despojos.

16 También el resto de los judíos que estaban en las provincias del reino se congregó para defenderse y así descansar de sus enemigos. Mataron a setenta y cinco mil de los que los aborrecían, pero no echaron mano de sus despojos.

17 Esto ocurrió el día trece del mes de Adar. Y el día catorce del mismo mes reposaron y lo hicieron día de banquete y de regocijo.

18 Pero los judíos que estaban en Susa se congregaron el trece y también el catorce del mismo mes, y el quince del mes reposaron y lo hicieron día de banquete y de regocijo.

19 Por eso los judíos que viven a campo abierto en las aldeas sin muros hacen del catorce del mes de Adar un día de alegría, de banquete y de fiesta, y para enviar porciones de comida cada uno a su vecino.

20 Mardoqueo escribió estas cosas y envió cartas a todos los judíos que estaban en todas las provincias del rey Asuero, cercanas y lejanas,

21 ordenándoles que celebraran cada año los días catorce y quince del mes de Adar;

22 porque en estos días los judíos tuvieron reposo respecto a sus enemigos. El mes que de tristeza se cambió en alegría, y de duelo en día de fiesta, se les ordenó que lo celebren con días de banquete y de regocijo, y para enviar porciones de comida, cada uno a su vecino, y regalos a los necesitados.

23 Los judíos aceptaron como costumbre hacer lo que habían comenzado a celebrar y lo que les escribió Mardoqueo,

24 porque Amán hijo de Hamedata, el agageo, enemigo de todos los judíos, había planeado el exterminio de los judíos y había realizado un pur, es decir, un sorteo para confundirlos y acabar con ellos.

25 Pero cuando Ester fue a la presencia del rey, este declaró por escrito que el perverso plan que concibió contra los judíos recayera sobre su cabeza. Y colgaron a él y a sus hijos en la horca.

26 Por esto llamaron a estos días Purim, debido a la palabra pur. Entonces, por todas las palabras de este documento, por lo que ellos habían visto al respecto y por lo que les había sucedido,

27 los judíos establecieron y se comprometieron a aceptar para ellos mismos, para sus descendientes y para todos los que se hubieran adherido a ellos, la obligación de no dejar de celebrar estos dos días, según está escrito al respecto, en su respectiva fecha cada año.

28 Y estos días son recordados y celebrados de generación en generación en todas las familias, provincias y ciudades. Estos días de Purim no dejarán de celebrarse entre los judíos ni su memoria cesará entre sus descendientes.

29 La reina Ester hija de Abijail, junto con el judío Mardoqueo, suscribió con plena autoridad confirmando esta segunda carta acerca de Purim.

30 Mardoqueo envió cartas a todos los judíos, a las ciento veintisiete provincias del reino de Asuero, con palabras de paz y de verdad,

31 para instituir estos días de Purim en sus fechas señaladas, tal como el judío Mardoqueo y la reina Ester habían establecido para ellos, tal como lo habían aceptado para ellos mismos y para sus descendientes, con respecto a sus ayunos y a su clamor.

32 El mandato de Ester confirmó estas cosas acerca de Purim, y fue escrito en un libro.

LOS JUDIOS MATAN A SUS ENEMIGOS, ENTRE ELLOS LOS DIEZ HIJOS DE AMAN.

1. en el mes duodécimo,… a trece del mismo—Este fué el día que los consejeros supersticiosos le aconsejaron que eligiera como el más afortunado para llevar a cabo su conspiración de exterminio de los judíos.

2. Los judíos se juntaron … y nadie se puso delante de ellos—Los papeles ahora son cambiados, y a favor de los judíos. Aunque sus enemigos hicieron su ataque por largo tiempo meditado, los judíos no sólo tenían libertad de defenderse, sino por poderosas influencias alistadas a su favor en la corte, junto con la bendición de Dios, fueron victoriosos. el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos—Vino esta impresión no sólo por el conocimiento de que era compatriota de ellos el omnipotente visir, síno porque aparecía la mano de Dios tan visiblemente interpuesta para efectuar su libramiento extraño e inesperado.

5-16. E hirieron los judíos a todos sus enemigos—El efecto de los dos decretos antagónicos fué, entretanto, el de suscitar una guerra sangrienta entre los judíos y sus enemigos por todo el imperio persa; pero por el miedo a Ester y Mardoqueo, los gobernadores provinciales universalmente favorecieron la causa de los judíos de suerte que sus enemigos cayeron en grandes números.

13. concédase también mañana a los judíos en Susán, que hagan conforme a la ley de hoy—Escondiéndose diestramente los enemigos el primer día, habrían podido volver el día siguiente, cuando se imaginarían que fuese terminado el privilegio concedido a los judíos, de suerte que el pueblo habría sido sorprendido y masacrado. La extensión del decreto para un día más a petición especial de la reina, la ha expuesto a la acusación de haber sido movida por una disposición cruel y vengativa. Pero su conducta al hacer esta petición es capaz de una defensa completa, por motivo (1) de que los hijos de Amán habiendo tomado parte prominente en vengar la caída de su padre, y habiendo muerto antes en la refriega, la orden de que sus cadáveres fuesen expuestos en la horca sólo tenía por motivo señalarlos con infamia pública por sumalicia y odio a los judíos; y (2) como el partido antijudío había sido excitado por las artes y la influencia de Amán a actos de opresión rencorosa y disoluta, el estado de sentimiento existente entre la población nativa necesitaba alguna medida vigorosa y decisiva para evitar el estallido de agresiones futuras. Una orden de extensión, pues, del edicto permisivo a los judíos para que se defendiesen, tal vez no tuvo más objeto que el de dar una oportunidad para que sus enemigos fueran públicamente conocidos; y aunque llevó a tal espantosa matanza de 75.000 de sus enemigos, hay motivo para creer que éstos eras principalmente amalecitas, en la caída de quienes en esta ocasión fueron cumplidas las profecías contra aquella raza condenada (Éxodo 17:14, Éxodo 17:16; Deuteronomio 25:19).

19. día de alegría … y de enviar porciones cada uno a su vecino—Los príncipes y el pueblo del Oriente no sólo invitaban a sus amigos a las fiestas, sino que acostumbraban enviarles una porción del banquete a aquellos que no podían asistir, especialmente a sus parientes y a los detenidos en casa por luto o enfermedad.

20-32.—LOS DOS DIAS DE PURIM HECHOS EN DIAS DE FIESTA.

20. escribió Mardocheo estas cosas—Los comentadores no están de acuerdo acerca de qué quiere decir “estas cosas” si se refiere a las cartas siguientes, o al relato de estos acontecimientos maravillosos que debían ser guardados en las familias del pueblo judío, y transmitidos de generación en generación.

26. Por esto llamaron a estos días Purim, del nombre Pur—Pur, en el idioma persa, quiere decir “suerte”, o “dado”; y la fiesta de Purim, o suertes, tiene referencia a la fecha que había sido fijada por Amán por la decisión de la suerte. En consecuencia del libramiento nacional memorable que les concedió la divina providencia de las maquinaciones infames de Amán, Mardoqueo mandó a los judíos que conmemoraran aquel acontecimiento en una fiesta anual, que había de durar dos días, según la guerra de defensa de dos días que ellos tuvieron que soportar. Había una pequeña diferencia en el tiempo de esta fiesta; porque habiéndose defendido los judíos en las provincias contra sus enemigos en el día trece, dedicaban el día catorce a las festividades; mientras sus hermanos en Susán, habiendo extendido su trabajo por dos días, no observaban su acción de gracias sino el día quince. Pero esto fué remediado por las autoridades, las que fijaron el catorce y el quince de Adar. Vino a ser ocasión de gratos recuerdos para el pueblo judío; y, por las cartas de Mardoqueo, despachadas por todas partes del Imperio Persa, fué establecido como fiesta anual, cuya celebración todavía se guarda. En los días de la celebración, los judíos modernos leen en sus sinagogas toda la Megillah o libro de Ester. El ejemplar leído no debe ser impreso, sino escrito en pergamino en la forma de rollo; y los nombres de los diez hijos de Amán están escritos en él de una manera peculiar, estando arreglados, según dicen, como tantos cadáveres en una horca. El lector tiene que leer todos estos nombres sin respirar. Siempre que se pronuncia el nombre de Amán, los concurrentes en la sinagoga hacen un gran ruido. Algunos golpean con sus pies en el suelo, y los muchachos tienen martillos con los cuales golpean para hacer ruido. Ellos se preparan para esta especie de carnaval mediante un ayuno previo, el cual debería continuar por tres días, en imitación del ayuno de Ester; pero ahora lo han reducido prácticamente a un solo día. (Jennings’ Jewish Antiquities).

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