LIBRO DE JOEL

INTRODUCCION

JOEL (que significa "uno para quien Jehová es Dios," o sea, adorador de Jehová) parece haber pertenecido a la tribu de Judá, pues no hace referencia alguna a Israel, mientras que habla de Jerusalén, del templo, de los sacerdotes y de las ceremonias, como si los conociera íntimamente (véase 1:14; 2:1, 15, 32; 3:1, 2, 6, 16, 17, 20, 21). Sus predicciones fueron dadas probablemente en los primeros días de Joas, años 870-865 a. de J. C. Porque ninguna referencia se hace en ellas a los Babilonios y Asirios ni tampoco a la invasión asiria, y los únicos enemigos mencionados son los filisteos, los fenicios, los edomitas y los egipcios (3:4, 19). Si él hubiese vivido después de Joas, con toda seguridad hubiera mencionado a los sirios entre los enemigos que enumera, puesto que los sirios tomaron a Jerusalén y se llevaron para Damasco inmenso botín (2 Crónicas 24:23). No se menciona idolatría alguna; y los servicios del templo, el sacerdocio y las otras instituciones de la teocracia son representados como florescientes. Todo esto corresponde al estado de cosas bajo el sumo sacerdocio de Joiada, por medio de quien Joas había sido puesto en el trono, y quien vivió en los primeros años de Joas (2 Reyes 11:17; 2 Reyes 12:2; 2 Crónicas 24:4). Fué hijo de Petuel.

El primer capítulo describe la desolación causada por una incursión de langostas—uno de los instrumentos del juicio divino mencionados por Moisés (Deuteronomio 28:38) y por Salomón (1 Reyes 8:37). El segundo capítulo (vv. 1-11), la aparición de ellas, bajo la figura de un ejército hostil, lo que sugiere que las langostas eran símbolos y presagios de un azote más terrible, es decir, enemigos extranjeros que consumirían todo lo que hallaran a su paso. (La ausencia de mención de perjuicio personal a los habitantes, no es objeción válida para la interpretación figurativa, porque la figura es consecuente en todo, al atribuir a la langosta únicamente el perjuicio hecho en la vegetación, haciendo daño así indirectamente al hombre y al animal.)1 Reyes 2:12, exhortación al arrepentimiento, cuyo resultado será que Dios librará a su pueblo; retornarán las lluvias tempranas y tardias a fertilizar sus desoladas tierras, y será la garantía de un derramamiento espiritual de gracia, que empezará con Judá y de allí se extenderá a "toda carne." 2:18-3:21. Los juicios de Dios sobre los enemigos de Judá, en tanto que Judá será restablecido para siempre.

El estilo de Joel es preeminentemente puro. Se caracteriza por su suavidad y fluidez en los ritmos, la redondez de las oraciones, y la regularidad en los paralelismos. Con la fuerza de Miqueas, su estilo se combina con la ternura de Jeremías, la vivacidad de Nahum, y la sublimidad de Isaías. Como una muestra de su estilo, tómese el capítulo dos, en donde el terrible aspecto de las langostas, su rapidez, su irresistible progreso, su estrépito ensordecedor, y su poder instintivo de ordenar sus fuerzas para la carrera de devastación, están pintados con gráfica realidad.

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