Levítico 23:1-44

1 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:

2 “Habla a los hijos de Israel y diles que las fiestas solemnes del SEÑOR, mis fiestas solemnes que proclamarán como asambleas sagradas, son estas:

3 “Seis días se trabajará, pero el séptimo día será sábado de reposo, y habrá una asamblea sagrada. Ningún trabajo harán; es el sábado consagrado al SEÑOR, dondequiera que habiten.

4 “Estas son las fiestas solemnes del SEÑOR, las asambleas sagradas que convocarán a su debido tiempo.

5 El día catorce del mes primero, al atardecer, es la Pascua del SEÑOR.

6 El día quince de este mes es la fiesta de los Panes sin levadura, celebrada al SEÑOR. Durante siete días comerán panes sin levadura.

7 El primer día tendrán una asamblea sagrada; no harán ningún trabajo laboral.

8 Presentarán al SEÑOR una ofrenda quemada durante siete días. El séptimo día habrá una asamblea sagrada; no harán ningún trabajo laboral”.

9 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:

10 “Habla a los hijos de Israel y diles: ‘Cuando hayan entrado en la tierra que yo les doy y hayan segado su mies, traerán al sacerdote un manojo de espigas como primicia de su siega.

11 Este mecerá el manojo delante del SEÑOR, para que sean aceptados. El sacerdote lo mecerá el día siguiente del sábado.

12 El día que presenten el manojo, ofrecerán en holocausto al SEÑOR un cordero de un año, sin defecto,

13 con su ofrenda vegetal de cuatro kilos de harina fina amasada con aceite. Esta es una ofrenda quemada al SEÑOR, de grato olor. Su ofrenda para derramar será un litro de vino.

14 No comerán pan, ni grano tostado, ni grano fresco hasta ese mismo día en que presenten la ofrenda a su Dios. Esto es un estatuto perpetuo a través de sus generaciones, dondequiera que habiten.

15 “‘Contarán siete semanas completas desde la mañana siguiente al sábado, desde el día en que presentaron el manojo de espigas de la ofrenda mecida.

16 Contarán cincuenta días hasta la mañana siguiente al séptimo sábado. Entonces presentarán una ofrenda vegetal nueva al SEÑOR.

17 Desde los lugares donde habiten traerán dos panes para ofrenda mecida, que serán de cuatro kilos de harina fina, cocidos con levadura, como primicias al SEÑOR.

18 Ofrecerán con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un novillo y dos carneros. Serán el holocausto al SEÑOR, junto con sus ofrendas vegetales y sus ofrendas de líquidos. Esta es una ofrenda quemada de grato olor al SEÑOR.

19 Ofrecerán además un macho cabrío como sacrificio por el pecado y dos corderos de un año como sacrificio de paz.

20 El sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante del SEÑOR. Junto con el pan de las primicias, los dos corderos serán cosa sagrada al SEÑOR, para el sacerdote.

21 En este mismo día convocarán una asamblea sagrada; no harán ningún trabajo laboral. Este es un estatuto perpetuo a través de sus generaciones, dondequiera que habiten.

22 “‘Y cuando sieguen la mies de su tierra, no segarás hasta el último rincón de tu campo ni recogerás las espigas en tu campo segado. Las dejarás para el pobre y el extranjero. Yo, el SEÑOR, su Dios’”.

23 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:

24 “Habla a los hijos de Israel y diles: ‘El primer día del mes séptimo tendrán una fiesta sabática, una conmemoración con estrépito de trompetas y una asamblea sagrada.

25 No harán ningún trabajo laboral, y presentarán una ofrenda quemada al SEÑOR’”.

26 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:

27 “El diez de este mes séptimo será el día de la Expiación; tendrán asamblea sagrada. Se humillarán a ustedes mismos y presentarán una ofrenda quemada al SEÑOR.

28 Ningún trabajo harán en ese mismo día, porque es el día de la Expiación, para hacer expiación por ustedes delante del SEÑOR su Dios.

29 Ciertamente toda persona que no se humille en ese mismo día será excluida de su pueblo.

30 Toda persona que haga cualquier trabajo en ese mismo día, yo la destruiré de entre su pueblo.

31 Ningún trabajo harán. Este es un estatuto perpetuo para ustedes, a través de sus generaciones, dondequiera que habiten.

32 Será para ustedes una fiesta sabática solemne, y se humillarán a ustedes mismos a partir del anochecer del noveno día del mes. Del anochecer al anochecer guardarán su reposo”.

33 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:

34 “Habla a los hijos de Israel y diles que el día quince de este mes séptimo será la fiesta de los Tabernáculos celebrada al SEÑOR, durante siete días.

35 El primer día habrá asamblea sagrada. No harán ningún trabajo laboral.

36 Siete días presentarán una ofrenda quemada al SEÑOR. El octavo día tendrán una asamblea sagrada y presentarán una ofrenda quemada al SEÑOR. Es asamblea festiva; no harán ningún trabajo laboral.

37 “Estas son las fiestas solemnes del SEÑOR en las que convocarán asambleas sagradas para presentar ofrenda quemada al SEÑOR: holocausto y ofrenda vegetal, sacrificios y ofrendas derramadas de líquidos; cada cosa en el día que corresponda.

38 Esto habrá, además de lo de los sábados del SEÑOR, además de sus presentes, además de todas sus ofrendas votivas y además de todas sus ofrendas voluntarias que den al SEÑOR.

39 “Pero el día quince del mes séptimo, cuando hayan almacenado los productos de la tierra, celebrarán la fiesta del SEÑOR durante siete días. El primer día será una fiesta sabática, y el octavo día será una fiesta sabática.

40 El primer día tomarán para ustedes frutos de árboles hermosos: ramas de palmera, ramas de árboles frondosos y de sauces de los arroyos; y se regocijarán delante del SEÑOR su Dios durante siete días.

41 Celebrarán fiesta al SEÑOR durante siete días cada año. Esto es un estatuto perpetuo para ustedes, a través de sus generaciones. La celebrarán en el mes séptimo.

42 Siete días habitarán en cabañas. Todo natural de Israel habitará en cabañas,

43 para que los descendientes de ustedes sepan que yo hice habitar a los hijos de Israel en cabañas cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo, el SEÑOR, su Dios”.

44 Así habló Moisés a los hijos de Israel acerca de las fiestas solemnes del SEÑOR.

DE LAS DIFERENTES FIESTAS.

2. Habla a los hijos de Israel, y diles: Las solemnidades, etc.—Literalmente, “los tiempos de reunirse”; y ésta es la traducción preferida, por ser aplicable a todas las épocas sagradas mencionadas en este capítulo, aun al día de expiación, que se celebraba como ayuno. Fueron establecidas bajo la autoridad directa de Dios, y anunciadas públicamente por proclamación, que se llama “alegre son” (Salmo 89:15). Aquellas “santas convocaciones” eran evidencias de la sabiduría divina, y eminentemente útiles para mantener y difundir los conocimientos religiosos y la piedad.

3. Seis días se trabajará, y el séptimo día sábado de reposo será—(Véase Éxodo 20:8). El sábado tiene la prioridad, y había de ser “una santa convocación”, celebrada por las familias “en sus moradas”; y donde fuera practicable, por acudir el pueblo a la puerta del tabernáculo; en períodos posteriores por asambleas en las escuelas de los profetas y en sinagogas.

4. Estas son las solemnidades de Jehová … a las cuales convocaréis en sus tiempos—Sus celebraciones caían en las partes del año que corresponden a nuestro marzo, mayo y septiembre. La sabiduría divina fué manifestada al fijarlas en aquellos períodos; en invierno, cuando eran cortos los días, y los caminos estaban deshechos, un largo viaje era impracticable; mientras que en verano la cosecha y vendimia daban activo empleo en los campos. Además, otro motivo para la elección de aquellas estaciones probablemente era el de contrarrestar la influencia de las asociaciones y los hábitos egipcios. Dios fijó más festividades para los israelitas en el mes de septiembre que las que tenían los egipcios en honor de sus dioses. Estas instituciones, sin embargo, eran en su mayor parte anticipadas, pues la observancia de ellas no era obligatoria durante sus peregrinaciones en el desierto, mientras que su celebración regular no había de empezar sino cuando se establecieran en Canaán.

5-8. LA PASCUA.

5. pascua es de Jehová—(Véase Éxodo 12:2, Éxodo 12:14, Éxodo 12:18). La institución de la Pascua fué establecida para recuerdo perpetuo de las circunstancias relacionadas con la redención de los israelitas, mientras que tenía una referencia típica a una redención mayor que había de ser efectuada para el pueblo espiritual de Dios. En los días primero y último de esta fiesta, se prohibía al pueblo trabajar; pero mientras que en el día sábado ellos no habían de hacer trabajo alguno, en los días festivos les era permitido aderezar la carne, y por lo tanto la prohibición estaba restringida a “ninguna obra servil”. Al mismo tiempo aquellos dos días eran dédicados a “santa convocación”, ocasiones especiales de devoción social. Además de los sacrificios ordinarios de cada día, había de haber “ofrenda encendida en holocausto” sobre el altar (Números 28:19), mientras que el pan sin levadura había de ser comido entre las familias todos los siete días (véase 1 Corintios 5:8).

9-14. LA GAVILLA DE LOS PRIMEROS FRUTOS.

10. traeréis al sacerdote un omer por primicia de los primeros frutos—Como la cebada maduraba más temprano que los otros granos, la cosecha de la misma señalaba el comienzo de la estación de la siega general. La ofrenda descrita en este pasaje era hecha el día 16 del primer mes, día siguiente al primer sábado de la Pascua, que caía el día 15 (correspondiente al principio de nuestro abril); pero era cosechada después de la puesta del sol de la tarde anterior por personas elegidas para ir con hoces a buscar muestras de diferentes campos. Estas puestas juntas en una gavilla o atado suelto, eran traídas al atrio del templo, donde el grano era aventado, tostado y machacado en un mortero. Entonces, después que un poco de incienso era echado encima, el sacerdote lo agitaba en alto ante el Señor hacia los cuatro puntos de la tierra, tomaba una parte y la echaba en el fuego del altar, siendo reservado todo lo demás para él. Era un acto correcto y hermoso, expresivo de nuestra dependencia del Dios de la naturaleza y la providencia, común entre todos los pueblos, pero más especialmente entre los israelitas, quienes debían su tierra misma así como todo lo que ella producía, a la bondad divina. El ofrecimiento de la gavilla agitada santificaba toda la cosecha. (Romanos 11:16). Al mismo tiempo esta fiesta tenía un carácter típico, e insinuaba la resurrección de Cristo (1 Corintios 15:20), quien resucitó de entre los muertos el mismo día que eran ofrecidos los primeros frutos.

15-22. LA FIESTA DE PENTECOSTES.

15. os habéis de contar desde el siguiente día del sábado—o sea, después del primer día de la semana pascual, que era observado como un sábado, o descanso.

16. contaréis cincuenta días—El cuadragésimo noveno después de la presentación de los primeros frutos, o el quincuagésimo, incluyéndose el día de la presentación, era la fiesta de Pentecostés. (Véase también Éxodo 23:16; Deuteronomio 16:9).

17. De vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de flor de harina, etc.—Estos panes eran hechos de “flor” de harina de trigo, siendo la cantidad contenida en ellos algo más de diez libras de peso. Como la gavilla mecida daba la señal para el comienzo de la cosecha, los dos panes solemnizaban la terminación de la misma. Eran los primeros frutos de aquella estación, siendo ofrecidos a Jehová por el sacerdote en nombre de toda la nación. (Véase Éxodo 34:22). Los panes usados en la Pascua eran sin levadura; los presentados en Pentecostés eran leudados, una diferencia que se explica así: que el uno era un recuerdo del pan preparado apresuradamenete en su salida, mientras que el otro era un tributo de gratitud a Dios por su alimento diario que era leudado.

21. convocaréis en este mismo día; os será santa convocación; ninguna obra servil haréis—Aunque la fiesta se extendía por toda una semana, sólo el primer día era tenido como sábado, tanto por la ofrenda nacional de los primeros frutos como por recuerdo de la donación de la ley.

22. cuando segareis … no acabarás de segar el rincón de tu haza, etc.—(Véase cap. 19:9). La repetición de esta ley aquí probablemente resultó del hecho de que los sacerdotes recordaban al pueblo, en la presentación de los primeros frutos, que unieran la piedad para con Dios con la caridad a los pobres.

23-25. LA FIESTA DE LAS TROMPETAS. En el mes séptimo, al primero del mes tendréis sábado—Aquél era el primer día del antiguo año civil. una conmemoración al son de trompetas—Escritores judíos dicen que se tocaban las trompetas treinta veces sucesivas, y el motivo de la institución era con el propósito doble de anunciar el comienzo del año nuevo, que había de ser conmemorado religiosamente (v. 25; véase Números 29:3), y de preparar al pueblo para la fiesta solemne que se acercaba.

27-32. será el día de las expiaciones … afligiréis vuestras almas—Un festival extraño, en el cual los pecados del año entero eran expiados. (Véase cap. 16:29-34). Aquí sólo se dice que se incurría en la pena más severa por la violación de este día.

33-44. será la solemnidad de las cabañas a Jehová por siete días—Este festival que fué instituído en conmemoración agradecida de que los israelitas habían morado con seguridad en cabañas o tabernáculos en el desierto, era el tercero de los tres grandes festivales anuales, y, como los otros dos, duraba una semana. Empezaba el quince del mes, que correspondía al fin de nuestro septiembre o principios de octubre, que era observado como unsábado; y podía celebrarse únicamente en el lugar del santuario, porque se hacían ofrendas en el altar todos los días de su duración. A los judíos se les mandaba, durante todo el período del festival, vivir en cabañas o chozas, que eran levantadas sobre los techos planos de las casas o en las calles; y los árboles que proveían la madera para las cabañas, dicen algunos, eran el cedro, la palma, el mirto y el sauce, mientras que otros dicen que al pueblo le era permitido usar cualquier árbol que pudiera conseguir que fuera distinguido por su verdor y fragancia. Mientras que las ramas sólidas eran reservadas para la construcción de las chozas, las ramas livianas eran llevadas por hombres, que marchaban en procesión triunfal, cantando salmos, y gritando: “¡Hosanna!” que significa: “Salva, rogamos”. (Salmo 118:25). Era ocasión de grandes regocijos. Pero la ceremonia de sacar agua del estanque, lo que se hacía el último día, parece haber sido una añadidura de un período posterior (Juan 7:37). Aquel último día era el octavo, y, por causa de la escena de Siloé, era llamado “el día grande de la fiesta”. La fiesta de la cosecha, cuando terminaba la vendimia, se celebraba también aquel día, y como la conclusión de uno de los grandes festivales, se celebraba como un sábado.

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