Levítico 4:1-35

1 El SEÑOR habló a Moisés diciendo:

2 “Habla a los hijos de Israel y diles que cuando alguna persona peque por inadvertencia contra alguno de los mandamientos del SEÑOR respecto a cosas que no se deben hacer, y hace alguna de ellas;

3 si el que peca es el sacerdote ungido, lo cual resulta en culpabilidad para el pueblo, él ofrecerá al SEÑOR un novillo sin defecto, como sacrificio por el pecado, por su pecado cometido.

4 Traerá el novillo a la entrada del tabernáculo de reunión delante del SEÑOR, pondrá su mano sobre la cabeza del novillo y lo degollará delante del SEÑOR.

5 Después el sacerdote ungido tomará parte de la sangre del novillo y la llevará al tabernáculo de reunión.

6 Y mojando su dedo en la sangre, rociará siete veces delante del SEÑOR, hacia el velo del santuario.

7 Luego el sacerdote pondrá parte de la sangre sobre los cuernos del altar del incienso aromático, que está delante del SEÑOR en el tabernáculo de reunión, y derramará el resto de la sangre del novillo al pie del altar del holocausto que está a la entrada del tabernáculo de reunión.

8 Tomará del novillo del sacrificio por el pecado todo el sebo, el sebo que cubre las vísceras y todo el sebo que está sobre las vísceras,

9 los dos riñones con el sebo que está sobre ellos, junto a los costados; y con los riñones extraerá el sebo que cubre el hígado,

10 de la manera que se los quita del novillo del sacrificio de paz. Luego el sacerdote los hará arder sobre el altar del holocausto.

11 Pero la piel del novillo y toda su carne, con su cabeza, sus piernas, sus vísceras y su estiércol

12 — el novillo entero — los sacará fuera del campamento a un lugar purificado, donde se echan las cenizas, y los quemará en el fuego sobre la leña. Será quemado en el lugar donde se echan las cenizas.

13 “Si toda la asamblea de Israel peca por inadvertencia, siendo el asunto ignorado por la congregación, y transgrede alguno de los mandamientos del SEÑOR respecto a cosas que no se deben hacer, son culpables.

14 Luego que tengan conocimiento del pecado que cometieron, la congregación ofrecerá un novillo como sacrificio por el pecado y lo traerán delante del tabernáculo de reunión.

15 Los ancianos de la congregación pondrán sus manos sobre la cabeza del novillo delante del SEÑOR, y degollarán el novillo delante del SEÑOR.

16 El sacerdote ungido llevará al tabernáculo de reunión parte de la sangre del novillo;

17 y mojando su dedo en la sangre, el sacerdote rociará siete veces delante del SEÑOR, hacia el velo.

18 También pondrá parte de la sangre sobre los cuernos del altar que está delante del SEÑOR en el tabernáculo de reunión. Derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto, que está a la entrada del tabernáculo de reunión.

19 Después le quitará todo el sebo y lo hará arder sobre el altar.

20 Hará con este novillo como hizo con el novillo del sacrificio por el pecado; lo mismo hará con él. Así el sacerdote hará expiación por ellos, y serán perdonados.

21 Después sacará el novillo fuera del campamento y lo quemará, como quemó el primer novillo. Este es el sacrificio por el pecado de la congregación.

22 “Si un dirigente peca y transgrede por inadvertencia alguno de los mandamientos del SEÑOR su Dios respecto a cosas que no se deben hacer, es culpable.

23 Luego que se le haga conocer el pecado que cometió, presentará como su ofrenda un macho cabrío sin defecto.

24 Pondrá su mano sobre la cabeza del macho cabrío, y lo degollará en el lugar donde se degüella el holocausto, delante del SEÑOR. Este es el sacrificio por el pecado.

25 El sacerdote tomará con su dedo parte de la sangre de la víctima por el pecado, la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar del holocausto.

26 Quemará todo el sebo sobre el altar, como se hace con el sebo del sacrificio de paz. Así el sacerdote hará expiación por él, por su pecado, y será perdonado.

27 “Si alguno del pueblo de la tierra peca por inadvertencia, transgrediendo alguno de los mandamientos del SEÑOR respecto a cosas que no se deben hacer, es culpable.

28 Luego que se le haga conocer el pecado que cometió, presentará como su sacrificio por su pecado cometido una cabra, una hembra sin defecto.

29 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima por el pecado y la degollará en el lugar del holocausto.

30 El sacerdote tomará con su dedo parte de la sangre, la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar.

31 Después le extraerá todo el sebo, como extrajo el sebo del sacrificio de paz, y el sacerdote lo hará arder sobre el altar como grato olor al SEÑOR. Así el sacerdote hará expiación por él, y será perdonado.

32 Si trae una oveja como su sacrificio por el pecado, traerá una hembra sin defecto.

33 Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima por el pecado y la degollará como sacrificio por el pecado en el lugar donde se degüella el holocausto.

34 Después el sacerdote tomará con su dedo parte de la sangre de la víctima por el pecado, la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto y derramará el resto de la sangre al pie del altar.

35 Le extraerá todo el sebo, como extrajo el sebo del cordero del sacrificio de paz, y el sacerdote lo hará arder encima del altar sobre las ofrendas quemadas para el SEÑOR. Así el sacerdote hará expiación por él, por su pecado cometido, y será perdonado.

OFRENDA POR EL PECADO EN IGNORANCIA.

2. Cuando alguna persona pecare por yerro en alguno de los mandamientos de Jehová—Todos los pecados pueden considerarse, en cierto sentido, como cometidos por ignorancia, error o equivocación de los verdaderos intereses de un mismo. Los pecados, sin embargo, referidos en esta ley eran violaciones de las leyes ceremoniales sin intención, violaciones cometidas a causa de la prisa o inadvertencia de algún precepto negativo, las que, si eran hechas a sabiendas u obstinadamente, habrían denotado castigo capital. obrare contra alguno de ellos—Para entender el sentido, es necesario agregar: “traerá una ofrenda por el pecado.”

3-35. OFRENDAS DE LOS SACERDOTES POR EL PECADO.

3. Si sacerdote ungido pecare—o sea, el sumo sacerdote, en quien, considerándose su carácter como mediador típico, y su exaltado puesto, tenía el pueblo el más profundo interés; y cuya transgresión de alguna parte de la ley divina, por lo tanto, aunque cometida inconsciente o descuidadamente, era una falta muy seria, tanto en cuanto a sí mismo como individuo, como por la influencia de su ejemplo. Esto se refiere principalmente a él, aunque el orden común del sacerdote estaba también incluído en la regla. según el pecado del pueblo—o sea, traer culpa sobre el pueblo. Había de tomar un becerro (siendo mencionados expresamente la edad y el sexo), y habiéndolo matado de acuerdo con la forma prescrita para los holocaustos, había de llevarlo al lugar santo, y rociar la sangre expiatoria siete veces ante el velo, y con el flúido carmesí marcar los cuernos del altar áureo del incienso, de paso al patio de los sacerdotes -solemne ceremonial establecido sólo para casos graves y nefandos, y que significaba que su pecado, aunque hecho en ignorancia, había invalidado todo sus servicios; ni podría beneficiar o a él mismo o al pueblo algún deber oficial en que se ocupara, si no había sido expiado por la sangre.

11. el cuero del becerro, y toda su carne—En circunstancias ordinarias, éstos eran los emolumentos de los sacerdotes. Pero en la expiación por un pecado del sumo sacerdote, después que la gordura había sido ofrecida sobre el altar, la res muerta era llevada fuera del campamento, a fin de que la total combustión de la misma, en el lugar de las cenizas, pudiera indicar más notablemente la enormidad de la transgresión, y el horror con el cual él la consideraba (comp. Hebreos 13:12).

13. si toda la congregación de Israel hubiere errado—como efecto de alguna negligencia culpable o alguna equivocación de la ley, el pueblo podría contraer culpa nacional, y una expiación nacional sería necesaria. El mismo sacrificio había de ser ofrecido como en el caso anterior, pero con esta diferencia en el ceremonial: que los ancianos o jefes de las tribus, como representantes del pueblo, y siendo los provocadores principales por descarriar a la congregación, pondrían sus manos sobre la cabeza de la víctima. Entonces el sacerdote llevaba la sangre al lugar santo, donde, después de mojar su dedo en ella siete veces, rociaba las gotas siete veces ante el velo; hecho esto, volvía al atrio de los sacerdotes, y ascendiendo al altar, ponía una parte de la sangre sobre los cuernos; entonces la vaciaba toda al pie del altar. La gordura era la única parte del animal que se ofrecía sobre el altar; porque el cuerpo muerto, con sus pertenencias y sus desperdicios, era llevado fuera del campamento, al lugar de las cenizas, y allí consumido a fuego.

22-26. cuando pecare el príncipe, e hiciere por yerro algo contra alguno de todos los mandamientos—Cualquiera que fuera la forma de gobierno, el rey, el juez o el subordinado, era la persona indicada en esta ley. Siendo menos seria en su carácter y consecuencias la transgresión de un funcionario civil que la del sumo sacerdote o la de la congregación, una ofrenda por el pecado de un valor inferior era exigida—un “macho cabrío”; tampoco sangre de la ofrenda por el pecado era aplicada sólo al altar de los sacrificios quemados; tampoco era llevado fuera del campamento el cuerpo; era comido por los sacerdotes asistentes.

27-34. si alguna persona del común del pueblo pecare por yerro—En este caso la ofrenda expiatoria era una hembra de las cabras o de las ovejas, sin defecto; y las ceremonias eran exactamente las mismas observadas en el caso del gobernante transgresor. En estos do últimos casos, la sangre de la ofrenda por el epcado era aplicada al altar de los sacrificios quemados, lugar donde debían ser inmolados los sacrificios sangrientos. Pero la transgresión de un sumo sacerdote o de la congregación entera, que imponía una mancha en todo el ritual del tabernáculo e invalidaba sus servicios, requería una expiación adicional; y por lo tanto, en estos casos, la sangre de la ofrenda era aplicada al altar del incienso.

35. y será perdonado—Ninguno de estos sacrificios poseía valor intrínseco suficiente para librar la conciencia del pecador de la contaminación de culpa, o para daban una liberación formal de una pena secular (Hebreos 9:13); y eran representaciones figurativas de la ofrenda completa y perfecta por el pecado, que había de ser hecha por Cristo.

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