Profetas. Este proverbio recibió una nueva confirmación, cuando Saúl iba a apoderarse de David, y el Espíritu lo obligó a unirse al colegio de los profetas para cantar alabanzas a Dios, cap. xix. 24. (Haydock) --- Se puede aplicar a aquellos que inesperadamente son elevados a una alta dignidad, o están capacitados para hablar o hacer cosas extraordinarias, como los apóstoles, cuando hablaban varios idiomas, etc. (Delrio adag. 178.) (Calmet)

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