Estos pelearán con el Cordero. Allí las acciones y los afectos son siempre llevados por el amor de este mundo, que es enemigo de Cristo y de su doctrina; pero el Cordero, Cristo, los vencerá y castigará cuando le plazca: porque él, Cristo, Dios y el hombre es Señor de señores y Rey de reyes; y como vuelve a decir San Juan (cap. xix. 16), ha escrito en su muslo, el Rey de reyes y Señor de señores, para significarnos su divinidad o naturaleza divina.

(Witham) --- Todas estas personas diferentes eran paganas o herejes y, por supuesto, eran enemigos acérrimos de la religión católica; pero el Cordero los venció, volviendo sus corazones y convirtiéndolos al cristianismo.

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