Al son de la sexta trompeta, se dice que fueron desatados los cuatro ángeles atados en el río Éufrates. Por estos cuatro ángeles, y los doscientos millones de jinetes, muchos entienden los demonios y sus instrumentos, hombres incitados por ellos en tiempos del anticristo, para hacer la guerra y perseguir a la Iglesia de Cristo, quien destruirá una tercera parte, es decir, una gran parte de los hombres en el mundo. Diversos otros aplican esto a los persas, los sucesores de los partos, que a mediados de la tercera edad [siglo], en la época de Valeriano, un gran perseguidor de los cristianos, pasaron el Éufrates, que solía ser los límites de el imperio romano al este, derrotado, tomó y mantuvo prisionera a Valeriana, lo que por sus consecuencias dio un gran golpe al imperio romano. Ver al obispo de Meaux, Pere Alleman, etc. (Witham)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad