Tú, en Jerusalén, (Haydock) o Judea. Había jefes y jueces, (Cap. Xiii.) Así como profetas, (Ezequiel, etc.) entre los cautivos. Sin embargo, la república estaba en desorden. (Calmet) --- Sedecías estaba muerto, Joaquín en la cárcel, de modo que ningún rey judío gobernaba al pueblo; ni había ningún profeta en la tierra prometida, ya que Jeremías estaba muerto o en Egipto. (Worthington) --- Los profetas eran al menos muy raros. (Menochius)

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