Mercenario. Su libertad se le debe a él, tanto como el salario se le debe al asalariado. También tiene derecho a una provisión decente, por la que ha trabajado. En hebreo, "ha valido para ti el doble que un jornalero", por su mayor diligencia, trabajo y fidelidad. La servidumbre también ha hecho que su valor sea doblemente severo. (Calmet)

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