Árbol. Los paganos habían consagrado diferentes tipos de árboles a sus ídolos. Siempre plantaban arboledas cerca de sus templos para aumentar el temor reverencial y, con demasiada frecuencia, para ocultar las abominaciones que allí se cometían. Los hebreos los imitaban con frecuencia en estos detalles. Sin embargo, Hécateo observa que no se veía ningún árbol cerca del templo de Jerusalén.

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