De Dios. Caldeo, "ha sido puesto en la horca por pecar contra Dios". Símaco y árabe, "ha blasfemado contra el Señor". Siríaco, "el hombre que ha blasfemado será colgado". Solo las personas acusadas de grandes crímenes como la blasfemia y la idolatría, fueron condenadas a esta muerte de reproche, y no se rezaron por ellos en la sinagoga, como lo fueron por otras personas, durante los 11 meses posteriores a su fallecimiento.

(Calmet) --- No deben ser recordados ante Dios. Sus cadáveres serán enterrados antes de la puesta del sol, para que el país no sea contaminado. El castigo en sí es extremadamente infame, y los judíos a menudo usan el nombre de Dios para expresar algo en el más alto grado, como los cedros de Dios, etc. (Haydock) --- Algunos entienden este pasaje, como si el cuerpo no se dejara en la horca, porque el hombre, siendo creado a semejanza de Dios, no permitirá que el cuerpo sea insultado.

Homero (Ilíada xxiv.) Dice que Aquiles ofreció un insulto a la tierra, cuando arrastró el cadáver de Héctor por los muros de Troya. Otros piensan que, habiendo sido tratado el criminal con la debida severidad, como maldito por Dios, su cadáver no debe ser privado de un entierro digno. Res sacra avaro. Los judíos no negaron este privilegio a nadie más que a los suicidas (Josefo, Guerras judías iii. 25), mientras que los egipcios y los médicos permitían que los cuerpos se pudrieran en la horca, cuya inhumanidad Dios reprocha aquí.

San Pablo lee este versículo de una manera diferente tanto del hebreo como de la Septuaginta, dejando fuera de Dios y sustituyendo, con la Septuaginta, las palabras cada uno y en un árbol. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; porque escrito está: Maldito todo el que es colgado en un madero, Gálatas iii. 13. San Jerónimo remarca que en esta, como en otras ocasiones, se adhiere al sentido, sin seguir las palabras expresas de la Escritura.

También observa, con Tertuliano, que sólo los declarados malditos por la ley, que son colgados por sus crímenes; y como Jesucristo no sufrió por su culpa, sino que estaba dispuesto a aparecer en el carácter de un maldito, nos ha procurado todas las bendiciones. (Calmet) --- En un sentido místico, maldito es el hombre obstinado en el pecado, colgado como del madero, que fue ocasión de la transgresión de nuestros primeros padres. (Worthington) --- San Jerónimo parece pensar que los judíos se han insertado de Dios, para insinuar que Cristo fue maldito por él. (Haydock)

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