De ellos. Los judíos mismos reconocieron, en el sitio de Jerusalén, que Dios había abandonado y entregado a la destrucción a su pueblo una vez amado. (Josefo, Guerras Judías vii. 8.) (Calmet) --- Considere, o mire su ruina total con indiferencia, o más bien con complacencia. (Haydock) --- Me reiré de tu destrucción, Proverbios i. 16. (Calmet) --- Dios ama sin ver ningún mérito precedente en sus criaturas, pero nunca las abandona hasta que primero han demostrado ser infieles. (Worthington)

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