Su pie también de bronce, hecho de espejos que dieron las mujeres, cap. xxxviii. 8. Fue doble; siendo un recipiente menos profundo, para lavar los pies, etc., y el otro contenía una cantidad de agua, que se dejaba salir por tuberías. Los paganos también tenían fuentes; y nuestros vasos de agua bendita deben recordarnos esa pureza y santidad que se convirtió en la casa de Dios. (Haydock)

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