Trescientos codos, etc. El arca, según las dimensiones aquí establecidas, tenía cuatrocientos cincuenta mil codos cuadrados; que eran más que suficientes para contener todas las clases de seres vivientes, con todas las provisiones necesarias: incluso suponiendo que los codos de los que aquí se habla fueran sólo de un pie y medio cada uno, que era la menor clase de codos. (Challoner) --- Por lo tanto, es innecesario que recurramos, con Cappel, al codo sagrado, que era dos veces mayor que el común, pero que parece no haber estado en uso entre los judíos antes del cautiverio babilónico. .

Menos aún es necesario que adoptemos el codo geométrico, que contiene seis ordinarios, como nos autorizarían los grandes nombres de Orígenes y San Agustín, Ciudad de Dios xv. 27. q. en Gen. i. 4. Estas dimensiones harían que el arca fuera tan grande como una ciudad. Moisés siempre habla del mismo tipo de codo, probablemente usado en Egipto. Apeles y otros herejes, con algunos infieles modernos, han intentado mostrar que este relato de Moisés es fabuloso.

Pero han sido ampliamente refutados por hábiles calculadores, John Buteo, Pelletier, etc. Esta asombrosa estructura, para la cual Dios mismo dio el plano, estaba dividida en tres pisos, además de la parte inferior de la vasija, que podría servir para guardar agua fresca. Las diferentes especies de animales no son tan numerosas, como algunos imaginan. Los peces y las criaturas que pueden vivir en el agua no necesitarían entrar en el arca.

Los animales privados de ejercicio y a los que apenas se les permite lo que puede sostener la naturaleza, vivirán con muy poco. Incluso un buey, según Columella, vivirá con 30 libras de heno, o con un pie cúbico, un día entero, de modo que 400 de estas grandes criaturas podrían sostenerse en 146.000 pies cúbicos. El piso intermedio, para provisiones, solo contendría 150.000 codos. La familia de Noe, y los pájaros, probablemente ocuparían el cuarto de arriba, en el cual había una ventana a su alrededor, de un codo de altura, sin vidrio ni cristal, que aún no estaban inventados, pero defendidos con celosías de madera, como nuestro. cuartos de la lechería. (Haydock)

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