Señor, que está a punto de abandonar el templo y abandonar a los judíos a sus disensiones internas y a los brazos de los romanos. Muchos prodigios anunciaron este juicio. (Calmet) --- Un Jesús lloró durante siete años y cinco meses, "Ay del templo", etc. Por fin gritó: "¡Ay de mí!" cuando fue asesinado a tiros. (Josefo, Guerras judías vii. 12.) (Tácito, Hist. V.) --- Se oyó a los ángeles llorar en el templo: "Vámonos de aquí". (Josefo) --- Había contradicción en la ciudad, Salmo liv. (San Jerónimo) (Worthington)

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