Visto a Dios: no en su propia persona, sino en la persona de su mensajero. Los israelitas, en aquellos días, imaginaban que morirían si veían un ángel, aprovechando quizás las palabras dichas por el Señor a Moisés, (Éxodo xxxiii. 20.) Nadie me verá y vivirá. Pero el evento demostró que no era más que una imaginación infundada. (Challoner) --- Elohim se aplica a ángeles y hombres, así como a Dios. (Calmet)

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