Si mata, etc. Es decir, para sacrificar. La ley de Dios prohíbe que los sacrificios se ofrezcan en cualquier otro lugar que no sea en el tabernáculo o templo del Señor: para significar que ningún sacrificio sería aceptable a Dios, fuera de su verdadero templo, la única, santa, Iglesia Católica Apostólica. (Challoner) --- En otras ocasiones, muchos creen que la sangre de bueyes, ovejas y cabras, debía ser derramada en honor de Dios por el sacerdote, que recibía una parte de cada uno.

(Deuteronomio xviii. 3; xii. 15, 22; Theodoret, q. 23.) Quizás esta ley se refiere al tiempo en que los hebreos moraban en el desierto; y el de Deuteronomio hace referencia a aquellos tiempos en los que debían obtener posesión de Canaán. (Calmet) --- Leemos de algunos particulares como Manue y Elías, quienes ofrecían sacrificios a distancia del tabernáculo. Pero esto fue hecho por una inspiración particular de Dios, quien prescindió de su propia ley. (San Agustín, q. 56; 3 Reyes xviii. 23; Jueces xiii. 19.) (Menochius) Véase Josué viii. 31.

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