Después de mucho tiempo. Esto representa el tiempo que debe intervenir entre la ascensión de nuestro Salvador y su última venida. Porque, como es el Maestro, que se fue a un país lejano, es decir, al cielo, después de haber inculcado los deberes relativos de cada hombre en su respectivo estado de vida; así vendrá en el último día, y contará con todos los hombres, elogiando a los que han empleado bien sus talentos, y castigando a los que los hayan hecho mal. (San Jerónimo)

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