Tu espíritu. San Agustín (q. 18) dice "del espíritu que está sobre ti"; (Septuaginta) refiriéndose al espíritu indivisible de Dios, de modo que estos antiguos recibieron lo que les bastaba, mientras que Moisés no sufrió disminución. Así, una lámpara comunica luz a otra sin que se vea afectada. (Orígenes, hom. 6.) Teodoreto (q. 18) también añade que una persona confiere el bautismo a miles y, sin embargo, no pierde parte de la gracia.

Selden (Syn. Ii. 4) muestra que los judíos explican este espíritu de cierta emanación de luz divina, o inspiración, que hace que los profetas hablen. En general, no tienen una creencia distinta de la Santísima Trinidad. "Haré un aumento del espíritu que está sobre ti, y lo pondré sobre ellos". (Caldeo; ver. 25.)

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