Pecadores. Estos incensarios fueron santificados o apartados para el altar de Dios: 1. Por la intención de quienes los usaban, aunque contrariamente a su voluntad; 2. por la ejemplar venganza que ejerció sobre los imprudentes pretendientes al sacerdocio; 3. siendo un monumento de su locura, y por lo tanto colocado, por orden de Dios, sobre el altar, para disuadir a todos los demás de imitar su conducta. Se ordenó a Eleazar que los tomara y esparciera el fuego extraño; para que Aarón no se contamine tocando los cadáveres o las cenizas del difunto, ni parezca regocijarse por su muerte. (Calmet) --- Dios también se complació en manifestar que los hijos de Aarón, y no de los otros levitas, lo sucederían. (San Agustín, q.30) (Worthington)

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