Para bendecir, no por mi propia intención, ni por la de Balac, sino por Dios, que sólo me ha permitido continuar mi viaje, con la condición de que declare su voluntad, cap. xxii. 35. (Haydock) --- hebreo, "He aquí, he recibido una orden de bendecir"; o, con la Septuaginta, "he sido elegido para pronunciar una bendición; bendeciré, y no revocaré ni dejaré". (Calmet)

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad