El juramento, para hacer algo encomiable, cumplirá su promesa, ya sea que alguien lo haya escuchado o no. Los Rabinos fingen que si el voto no se expresa en palabras, no es obligatorio. Pero esto solo es cierto ante los hombres, que no pueden someter a sus semejantes a castigos por faltas internas. (Haydock) --- La obligación de un voto o juramento se basa en la honestidad común, que requiere que cumplamos con nuestras promesas legales; y, aunque todo pertenece a Dios, sin embargo, como él no exige estrictamente que hagamos toda buena obra que esté en nuestro poder, podemos, mediante voto, testificar nuestro deseo de agradarle y honrarlo más.

Algunos de los rabinos tienen sentimientos muy laxos con respecto a los votos, que consideran que no son mejores que construir un altar o inmolar a una víctima en los lugares altos. Es suficiente, dicen, observar la ley, apud Fagium. (Calmet) --- Lutero deseaba introducir la misma moralidad relajada entre los cristianos. Pero no necesitamos preguntar qué dijeron los Rabinos, Lutero, etc. Pero, ¿qué afirman Dios y su Iglesia? La Escritura elogia repetidamente los votos prudentes; y aquellos que puedan persuadirse a sí mismos de que pueden infringir esas promesas solemnes sin ofender, serán poco solícitos en mantener su palabra a un prójimo, a menos que el interés o el miedo a la vergüenza les obligue a hacerlo. (Haydock) --- El que hace voto de abstenerse de cualquier cosa lícita, sería culpable de pecado si lo observara después. (San Agustín, q.56.

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