SALMO LXV. (JUBILATE DEO.)

Una invitación a alabar a Dios.

Pronunciado. Estos eran los únicos considerados obligatorios por los judíos (Levítico v. 4; Calmet), sin embargo, los más iluminados sabían que Dios discierne los secretos de los corazones, de donde procede la fuerza de un voto. (Haydock)

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