Dios. En hebreo tsauuar significa "cuello". Pero la Septuaginta no ha visto la a, y se traduce en contra de Dios. Literalmente, "la roca", que es uno de sus títulos; (Berthier) y esto parece preferible a "no hablar con rigidez en el cuello"; (Calmet) o "con el cuello viejo": (San Jerónimo) aunque este sentido no es despreciable, ya que el orgullo habitual del pecador se levanta contra Dios. (Haydock)

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