Y cuando los hijos de Ammón vieron que los sirios habían huido, también huyeron ante Abisai, su hermano, y entraron en la ciudad, se refugiaron detrás de los fuertes muros de su capital, Rabá. Entonces Joab llegó a Jerusalén y reservó la captura de la capital amonita para una temporada posterior. Es fácil para el Señor conceder la victoria al lado más débil si de ese modo se promueven Sus planes.

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