Entonces fueron algunos y le contaron a David cómo se había servido a los hombres, porque ellos mismos estaban demasiado avergonzados para aparecer en público. Y envió a encontrarlos; porque los hombres estaban muy avergonzados. Y el rey dijo: Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba, siendo Jericó la primera ciudad en el lado occidental del río a la que llegarán, y luego regrese, es decir, a Jerusalén; porque sólo entonces pudieron regresar a la corte con propiedad. Muchas personas han sido seriamente dañadas en su buen nombre por las tontas sospechas lanzadas sobre él por hombres de malos pensamientos.

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