Y esto se convirtió en pecado para la casa de Jeroboam, se le acusó de cortarlo y destruirlo de la faz de la tierra. Su culpa le trajo a él y a toda su familia el castigo de Jehová, y el resultado final fue el exterminio de su casa. Ese es el camino de los desobedientes, de los incrédulos, que ignoran las advertencias y los castigos de Jehová y persisten en sus malos caminos.

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