Ahora, pues, envía y reúne a todo Israel al monte Carmelo, la montaña junto al mar Mediterráneo, en la parte sur del territorio de Aser, y a los profetas de Baal, cuatrocientos cincuenta, sacerdotes del ídolo, que También actuaron como adivinos, y los profetas de las arboledas, los sacerdotes de la ídolo femenina Astarté, cuatrocientos, que comen a la mesa de Jezabel, recibiendo todo su sustento de la reina, que estaba destinada a establecer la idolatría en Israel.

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