Y cuando me levanté por la mañana para darle de mamar a mi hijo, he aquí, estaba muerto. Esto fue a la hora de la mañana cuando aún no había luz suficiente para distinguir con claridad. Pero cuando lo consideré por la mañana, a plena luz del día, he aquí, no fue mi hijo el que di a luz. Estaba segura de su identificación.

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