Entonces Saúl dijo a Jonatán: Dime lo que has hecho. Y Jonatán se lo contó y dijo: Probé un poco de miel con la punta de la vara que tenía en la mano, y he aquí que tengo que morir; estaba dispuesto a pagar la pena, aunque en este caso, como se trataba de la mera orden de un hombre, la culpa recayó realmente sobre quien dio la orden insensata.

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