Y Asa clamó al Señor, su Dios, y dijo: Señor, no es nada contigo para ayudar, ya sea con muchos, o con los que no tienen poder, tenía la firme confianza de que el omnipotente poder de Dios era independiente del poder. Fuerzas armadas del hombre, sin importar su número. Ayúdanos, Señor, Dios nuestro; porque descansamos en Ti, y en Tu nombre vamos contra esta multitud, que excedía en número a todo su ejército casi dos a uno. Señor, tú eres nuestro Dios; que ningún hombre prevalezca contra ti, mero hombre mortal, en este caso, representado por la horda que amenazaba con aplastar al ejército de Judá.

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