Entonces él, así solemnemente instado a dar una respuesta seria y veraz, dijo: Vi a todo Israel esparcido por los montes como ovejas que no tienen pastor; y el Señor dijo: Estos no tienen señor; Vuélvanse, pues, cada uno a su casa en paz. Esa era la visión que le había revelado el Espíritu de profecía, lo que significa que el ejército de Israel sería derrotado y dispersado, que Acab encontraría la muerte y que los soldados regresarían a casa sin ser perseguidos por el enemigo.

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