y él dijo: Oíd, todo Judá y habitantes de Jerusalén, y tú, rey Josafat, así os ha dicho Jehová: No temáis ni os acobardéis por esta gran multitud; porque la batalla no es tuya, sino de Dios; era Él cuyo honor estaba en juego, y quien tomaría las medidas necesarias para defenderlo.

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